Una igualdad de oportunidades para salvar vidas

By Kari Lentowicz | 17 de septiembre de 2018

Desde hace mucho tiempo, las industrias pesadas como la minería emplean a mujeres. Lo que comenzó a cambiar hace poco es, sin dudas, el tipo de trabajo para el que se las contrata. La tecnología, las herramientas y la capacitación de hoy en día hacen que las mujeres puedan contribuir prácticamente en cualquier aspecto de la minería. Sobre todo, es gratificante ver que los números aumentan en los niveles más altos de liderazgo, aunque lentamente.

Si hay algo que logró el sector minero al poner el centro de atención en la diversidad, es demostrar que el género nunca debe definir quién consigue determinado tipo de trabajo o quién sigue determinado tipo de carrera. me desempeñé durante 15 años en la gestión de catástrofes y el control de calidad. Fui una integrante del salvamento minero y, durante los últimos cinco años, fui instructora de minas. Soy muy consciente del peligro que representa el trabajo en minas. Y, aunque todos esperamos que nunca suceda nada, cuando los problemas llegan, necesitamos que respondan personas tranquilas, competentes y cuidadosas. La raza, la etnia, la religión, la orientación sexual y el género no tienen importancia.

En la mayoría de los países, contar con equipos capacitados para el salvamento minero es una cuestión de legislación. En la mayoría de las operaciones en Canadá, formar parte de un equipo de salvamento minero es voluntario. Sin embargo, todos aquellos que deseen participar deben presentarse y calificar. Deben cumplirse estándares de aptitud, como el hecho de poder desenvolverse en situaciones estresantes. Sin importar cuál sea la emergencia, nunca debemos arriesgar más vidas a causa de equipos de salvamento que no sean capaces de alcanzar el punto máximo de rendimiento cuando más los necesitamos. Los equipos con los que trabajo responden a caídas de terrenos, lesiones y enfermedades, así como a cuestiones y situaciones más graves. Sin personas capacitadas y competentes que sepan exactamente qué hacer y cómo hacerlo, no se pueden garantizar respuestas seguras.

Los integrantes de nuestro equipo provienen de toda clase de ámbitos sociales. Por lo general, los equipos de salvamento minero cuentan con seis o siete personas; entre ellas, un director de operaciones, un capitán, un vicecapitán y al menos tres salvadores. El director de operaciones es el vínculo comunicativo entre el capitán y el equipo de gestión, y les transmite los objetivos de cada misión al equipo. El capitán impone disciplina, y el vicecapitán protege la retaguardia, lo cual garantiza la seguridad del equipo, y está listo para asumir el mando en caso de que el capitán no pudiese continuar por alguna razón.

Cada uno de los salvadores tiene asignada una responsabilidad. El salvador de servicios públicos determina cómo llevar a cabo el procedimiento. Otro se responsabiliza del gas y de la ventilación; para ello, realiza mediciones precisas de la calidad del aire, lo cual es fundamental para la seguridad de la operación. El tercer salvador está encargado de los primeros auxilios. Siempre hay al menos una persona extra que debe poder ser sustituta en el lugar que se la necesite. Hay cuatro reglas que son primordiales siempre: mantener seguro al equipo; garantizar la seguridad del personal en la zona; abordar el problema y rehabilitar la instalación. 

Las competencias como la próxima Competencia Internacional de Salvamento Minero en Ekaterinburg, Rusia, son una parte importante para mantener nuestra formación vigente y nuestros reflejos agudos. En este mes de septiembre, Diamonds in the Rough será el primer equipo conformado solo por mujeres en participar en esta plataforma internacional; así que estamos más motivadas que nunca en formar parte de esta intensa renovación de habilidades que exige el entrenamiento para estas competencias. Ayuda a impulsar nuestra confianza y a mejorar nuestras habilidades. El solo hecho de participar en este concurso nos permite observar cómo abordan el salvamento minero otros equipos de otros países. Aprendemos nuevas formas de reaccionar y obtenemos más práctica al trabajar en equipo. La capacitación es lo importante; la competencia es un juego.

Con los sólidos modelos, el liderazgo y el estímulo que este tipo de visibilidad proporciona, establecemos un objetivo aún mayor para la competencia en Rusia. Queremos destacar las contribuciones y los beneficios que las mujeres brindan a la industria. Nos crían para educar, cuidar, y eso requiere un tipo distinto de proceso mental. Tenemos la tendencia a ser más prudentes en lo que se refiere al control de riesgos y a la seguridad de otros. Además, nuestra capacidad para pensar de forma divergente y fuera de lo establecido nos ayuda a adaptar los procesos y equipos según lo exija la situación.

Nos llevó más de diez años formar nuestro equipo de mujeres de salvamento. En la competencia internacional de Sudbury en 2016, solo cinco de los 190 participantes eran mujeres. Diamonds in the Rough básicamente duplicará ese número en la competencia de este año. En la competencia nacional occidental del año pasado, una mujer formaba parte de un equipo que obtuvo el primer puesto. En Rusia, tendremos una plataforma internacional y otra oportunidad de demostrar de lo que somos capaces las mujeres. Vamos para jugar y estamos listas para ganar. ¡Que comience el juego!