Desafíos

Los sistemas de lechos fluidizados tienen una amplia aplicación como secadores, tostadores, calcinadores, clasificadores y reactores dentro de los sectores metalúrgico, químico, farmacéutico, y de petróleo y gas.

A medida que se agoten los insumos de alto grado, las empresas deberán, al mismo tiempo, diversificar sus capacidades de producción y minimizar los gastos de capital. Para ello, las unidades existentes deberán funcionar más allá de los límites de diseño originales y durante períodos más largos entre interrupciones de mantenimiento. Y deben hacerlo con alta confiabilidad, cumpliendo con las normas de seguridad más estrictas. Para complicar aún más el panorama, se debe tener en cuenta la pérdida potencial de conocimiento interno sobre sistemas que se han ido modificando durante años o décadas.

Los diseños comerciales no están disponibles para procesos novedosos ni para aplicaciones que no sean convencionales o que operan en condiciones de temperaturas adversas o en ambientes químicos. Para estos usos, los propietarios deben buscar en pruebas de laboratorio y piloto, diseño y selección de equipos, así como problemas de ampliación en áreas desconocidas.

Para diseñar un nuevo sistema, o antes de modificar uno ya existente, deben tenerse en cuenta requisitos particular del proceso, mecánicos, operativos, del terreno, ambientales o relacionados con la seguridad. Si no se tienen en cuenta los requisitos particulares de una aplicación de lecho fluidizado, se pueden perder objetivos de producción, calidad o ambientales, se pueden generar problemas de mantenimiento complicados e importantes riesgos de seguridad para los operadores.