Para los desarrolladores industriales, la colaboración es el precio de la admisión

By Jen Wojtaszek | 11 de agosto de 2017

Se necesita más que conocimientos de ingeniería para hacer realidad proyectos de desarrollo de gran escala. Hoy en día, las empresas que quieren construir minas o plantas de procesamiento deben tomar medidas proactivas para garantizar que las comunidades locales obtengan una parte equitativa de los beneficios de estos emprendimientos.

En Canadá, nuestra relación con los pueblos originarios no siempre ha sido un área de atención, en especial en el pasado. La manera en que se gestionaban estas relaciones generaba resultados poco favorables para todas las partes interesadas.

En la actualidad, los desarrolladores reconocen y aceptan que las comunidades indígenas deben ser socios plenos en cualquiera de sus planes. Están de acuerdo en que cuando se finaliza un proyecto o se cierra una mina, solo deben quedar vestigios positivos que duren hasta al menos una o dos generaciones. El objetivo: dejar una influencia duradera y un legado positivo.

Para asegurarse de que haya una comprensión completa y una comunicación abierta en torno a estas colaboraciones entre la industria y la comunidad, se desarrollan acuerdos de participación (conocidos también como acuerdos sobre impactos y beneficios [IBA, por sus siglas en inglés] o acuerdos de oportunidad [OA]), se crea un compromiso con estos y se los implementa. Los acuerdos de participación son contratos establecidos entre la organización en desarrollo y los grupos originarios afectados y, aunque se negocian en privado, tienen poder legal. Más allá de la responsabilidad social empresarial, estos acuerdos son fundamentales para obtener y mantener el acceso a las tierras que necesitan las empresas de desarrollo, así como las aprobaciones y los consentimientos requeridos para operar allí.

Los objetivos de los acuerdos son, en esencia, dobles. En primer lugar, establecen los términos y condiciones para la presencia de una empresa en la comunidad anfitriona y su responsabilidad ante sus acciones. En segundo lugar, crean una base para la confianza mutua, estableciendo los términos por los cuales se compartirán los beneficios del desarrollo de los recursos con las comunidades que permanecerán conectadas a las tierras por mucho tiempo tras la finalización del proyecto. Estos acuerdos de participación son diferentes y están separados de los acuerdos de reparto de ingresos de los recursos que se hacen entre los gobiernos y los grupos originarios. Estos últimos especifican cómo se repartirán los ingresos públicos del desarrollo de los recursos, tales como impuestos y regalías.

La gestión de las relaciones y los acuerdos con los grupos originarios es un área de experiencia que hace ya algún tiempo venimos desarrollando aquí en Hatch. Con frecuencia se nos pide que diseñemos e implementemos programas, iniciativas y estrategias que aporten ventajas económicas —como mayores conocimientos, capacitación y participación de los negocios locales— para las comunidades anfitrionas en las que nuestros clientes desarrollan sus terrenos industriales. También supervisamos la implementación de los acuerdos de participación de una empresa para asegurarnos de que se respeten los compromisos establecidos.

El desarrollo de empleos y habilidades, que suelen brindar la posibilidad de que las comunidades sean más sostenibles y con una economía más sólida, suelen ser los beneficios más buscados y más deseados en áreas remotas. Y no resulta sorprendente. La Asociación Minera de Canadá calcula que hay 1.200 comunidades aborígenes ubicadas dentro de un radio de 200 kilómetros de 180 minas en producción y más de 2.500 terrenos en exploración activa. Pensemos, además, que los pueblos originarios constituyen uno de los segmentos más jóvenes y en más rápido crecimiento de la población de Canadá, y es fácil notar por qué incorporar la fuerza de trabajo a la obra en desarrollo es una ventaja para todos.

Hay otro asunto que se relaciona directamente con los trabajos y las habilidades, y que siempre genera interés: cómo obtener un trabajo en la empresa de desarrollo. Hemos brindado sesiones de información y ayudado a identificar organizaciones gubernamentales que puedan venir y enseñar a los miembros de la comunidad a iniciar negocios, presentar ofertas en los contratos e incluso cómo obtener financiamiento del gobierno federal de Canadá para la capacitación y el desarrollo de sus habilidades. Además, hemos desarrollado estrategias viables de sanciones de incentivo orientadas a incentivar contenido local en los acuerdos con contratistas de servicios.

Aun así, es una especie de acto de equilibrismo. El negocio camina por una delgada línea, procurando darle a la comunidad lo que necesita y a la vez cumpliendo con las demandas y expectativas de sus accionistas. Lo más importante es que la empresa sea transparente en sus tratos y transacciones, con cuidado de no excederse en las promesas ni crear expectativas que después no pueda cumplir.

Estas son algunas lecciones aprendidas que pueden allanar el camino para que las asociaciones entre la industria y la comunidad se den sin contratiempos.

  • Controle las expectativas desde el principio. Organice reuniones lo antes posible para que toda la comunidad asista y participe. Identifique con sinceridad cualquier impacto que el desarrollo pueda tener y las oportunidades que pueda brindar.
  • Tenga los recursos que va a necesitar para apoyar las estrategias que implemente. Haga su tarea para no tener que posponer, suspender o reducir los programas que ha prometido implementar.
  • Invierta en conciencia cultural. Invite a representantes de las asociaciones de la comunidad local para que hagan presentaciones acerca de sus costumbres, su herencia, sus filosofías y sus tierras tradicionales. Asegúrese de que asistan todos los que trabajan en el proyecto.
  • Adopte un enfoque de arriba hacia abajo. Logre que los niveles más altos de la gerencia establezcan tanto la dirección como el ejemplo. Si los empleados ven que el apoyo a las estrategias y los programas proviene del Director General, las aceptarán más rápido y les darán toda su cooperación y compromiso.

Es una estrategia simple, pero no se la puede poner demasiado de relieve o con mucha frecuencia. Opere de manera abierta, de buena fe y con completa transparencia. Es la única manera de asegurarse de obtener la invitación a trabajar en esa comunidad —y con ella— otra vez.