Cómo hacer que funcionen los proyectos de reasentamiento

By Elize Becker | 23 de agosto de 2018

Cada año, unos 15 millones de personas tienen que desplazarse porque se los saca de sus hogares, y muchas veces de sus comunidades ancestrales, a fin de despejar el lugar para grandes proyectos de desarrollo. Los negocios a veces no piensan en las graves consecuencias de alejar a estas personas de los lugares en los que pasaron toda su vida, en los que sus tribus o comunidades habitaron por siglos.

En la actualidad, el Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y otros investigadores y accionistas establecieron pautas integrales sobre cómo compensar de manera adecuada a las personas desplazadas y ayudarlos a adaptarse de manera satisfactoria. Pero como todo lo que involucra a seres humanos, crear planes exitosos en papel es una cosa; hacer que funcionen bien en la práctica es otra.

Los proyectos de reasentamiento no siempre son un éxito. Esto se debe a motivos específicos que son tan numerosos y variados como los motivos propios de la reubicación. Aún así, los científicos sociales que estudian estos fenómenos y las personas que trabajan en estas operaciones tienden a concordar en que hay cinco áreas principales que deben manejarse correctamente si se quiere tener éxito en estas transiciones masivas.

Capacidad. No hace mucho, las corporaciones y los gobiernos creían que toda la motivación que las personas necesitaban para despejar el área para un proyecto de desarrollo era contar con el dinero suficiente. Ahora ya no tanto. En la actualidad, las empresas mineras necesitan los conocimientos de un "equipo de desempeño social". Estas personas cuentan con una variedad de habilidades pertinentes y saben cómo involucrarse de forma adecuada y respetuosa con la comunidad afectada. Primero elaboran y transmiten los mensajes correctos y se aseguran de que se incorporen los aspectos importantes del patrimonio de la comunidad en los planes de reubicación. Los miembros del equipo hablan en el idioma nativo de la comunidad y negocian los términos con todos los participantes, atentos a la cultura y las frustraciones del grupo afectado, y los tratan con solidaridad y comprensión.

Finanzas. Las empresas que realizan el trabajo de desarrollo deben financiar el reasentamiento. Históricamente, se consideraba que el dinero en efectivo era la mejor forma de compensación. Pero los datos que presentan los antropólogos muestran que no siempre es así, en especial en culturas que no se manejan con efectivo. La mayoría de los desarrolladores ahora siguen las pautas de mejores prácticas establecidas por organizaciones como la IFC. Los planes deben representar una mejora notable en las vidas de las personas a las que se traslada, como darle a un inquilino la oportunidad de tener su propia casa nueva.

Contribuciones políticas. En África, la participación política es sólida cuando se trata de grandes proyectos. Los gobiernos no son neutrales; son accionistas clave, por lo general con intereses particulares en que los proyectos se implementen de una manera específica, que suele ser aquella que los favorezca económicamente. Los gobiernos tienen un papel importante en las iniciativas de reubicación, a veces representando ambos lados: a las personas que deben reasentarse y a aquellos que más se beneficiarán de las inversiones de la empresa que realiza el desarrollo.

Oportunidades de desarrollo. Estas pueden ser tanto locales para las comunidades afectadas —escuelas, casas, dispensarios— u oportunidades con un alcance más amplio, como nuevos edificios, oficinas y programas educativos en las ciudades. Sin importar cuáles sean, el desarrollador debe verse como alguien que deja algo de valor, y parte del trabajo de mi empresa es ayudar a identificar qué puede ser eso. Las mejores oportunidades de desarrollo son aquellas en las que la comunidad puede sostenerse por sí sola incluso mucho después de que la empresa se va y la mina cierra.

Compensación. Con la orientación del Banco Mundial, trabajamos con las autoridades gubernamentales para encontrar las mejores maneras de entregar compensaciones justas a las personas que deben reasentarse cuando una empresa minera pone en marcha sus operaciones. El modelo de compensación elegido depende del país en cuestión. Las iniciativas de reasentamiento se desvanecen cuando el enfoque se centra en los aspectos materiales, como empleos y casas nuevas, y no se presta atención a la cultura y la historia que definen a las personas que deben desplazarse. En África, muchos descubren que no pueden o no quieren integrarse a la comunidad anfitriona cuando se los traslada al territorio de otra tribu en la que quizás se los vea como extranjeros. Las personas empiezan a encontrar dificultades y se sienten insatisfechas apenas se les acaba el dinero. Por esto, nos damos cuenta de que para alcanzar el éxito, los planes de reasentamiento deben extenderse hasta cinco o incluso diez años después del traslado real.

Para que los reasentamientos funcionen, es fundamental que los desarrolladores no generen expectativas indebidas o poco realistas. Se deben implementar acuerdos adecuados que incluyan de manera justa a todas las partes implicadas. Para empezar con el pie derecho, por así decirlo, convoque a profesionales que comprendan por completo la dinámica de la comunidad, los protocolos éticos y las prácticas y políticas locales y globales. Todo esfuerzo que haga para manejar su proyecto de desarrollo de manera adecuada, responsable y cuidadosa será compensado con mejores relaciones con los accionistas y menos inconvenientes en las operaciones a largo plazo.