En su punto máximo de actividad, Yanacocha fue la segunda mina de oro del mundo y se consolidó rápidamente como una de las más productivas de Sudamérica. Hasta la fecha se han producido más de 40 millones de onzas de oro.

Tras años de funcionamiento, la mina está llegando al final de su vida útil y está avanzando hacia su cierre y recuperación. Sin embargo, Newmont busca activamente oportunidades para extraer minerales a lo largo de este proceso de transición. Una de ellas es la lixiviación por inyección, que podría prolongar las operaciones.

El oro y otros minerales se extraen de pilas de lixiviación compuestas de roca triturada. A medida que las pilas de lixiviación en Yanacocha fueron alcanzando el final de su vida útil, su composición química se alteró, volviendo ácidas las aguas generadas. Las temporadas de lluvias inusualmente intensas, sumadas a la acidificación de algunas pilas, obligaron a Newmont a buscar soluciones de tratamiento y manejo de agua. Frente a estas condiciones cambiantes, Newmont acudió a Hatch para aprovechar nuestra experiencia en tratamiento de agua y proteger a las comunidades aguas abajo.

Durante la temporada seca, Yanacocha almacena agua y la libera gradualmente en las cuencas hidrográficas locales. Miles de personas en las localidades y ciudades cercanas dependen de esta agua, por lo que Hatch se puso rápidamente en contacto con el equipo de Yanacocha. Juntos encontramos una solución para detener el flujo de agua ácida y desarrollamos un proceso de tratamiento para prevenirlo en el futuro.

En poco más de un año, el proyecto pasó de la etapa conceptual a la construcción y operación, tras desarrollar y analizar 15 opciones de proceso. A corto plazo, el objetivo era aumentar la capacidad de tratamiento de los flujos ácidos procedentes de distintas zonas, reutilizar y reacondicionar los equipos inactivos y sumar nuevos equipos. La solución: una estrategia integral de redistribución de flujos de agua para controlar los flujos ácidos y manejar la disposición de lodos en el terreno. Con ello se garantizó que el proceso de tratamiento cumpliera con las normas ambientales vigentes.

Modificamos tres depuradoras fuera de servicio para procesar aguas altamente ácidas e instalamos 42 kilómetros de tuberías, con una capacidad de 1500 m³ por hora por planta.

Detalles del proyecto

La ejecución de la ingeniería de detalle comenzó inmediatamente tras la selección del proceso. Movilizamos recursos de cuatro de nuestras oficinas en América del Norte y del Sur, y en el plazo de un mes el equipo creció a más de 40 ingenieros y diseñadores para respaldar el trabajo de ingeniería, empezando por el diseño, la especificación y la adquisición de equipos de largo plazo, como bombas, componentes internos de clarificadores, equipos eléctricos y materiales para tuberías.

Durante la fase de construcción, y considerando el impacto en las comunidades locales, Newmont solicitó que los paquetes de construcción se adaptaran a las capacidades y recursos de los contratistas locales.

Este proyecto enfrentó varios desafíos debido a su cercanía con el área de producción, lo que exigió una planificación detallada para minimizar las interrupciones operativas. Las labores de demolición debieron coordinarse cuidadosamente para no afectar las operaciones adyacentes. Se incorporaron varios cambios de diseño durante la ingeniería y la construcción para acelerar la entrega de equipos ante las demoras generadas por la pandemia de COVID-19.

Newmont nos brindó apoyo en cada etapa, facilitando información y documentación del centro, aportando conocimiento técnico sobre las instalaciones y el estado de los equipos existentes, y aprobando con agilidad los entregables de ingeniería. A pesar del exigente cronograma del proyecto, el equipo integrado cumplió todos los hitos del proyecto en un plazo de tan solo ocho meses.

Un factor determinante del éxito del proyecto fue la capacidad del equipo para priorizar la resolución de problemas por encima de los procesos. Desde la solicitud urgente inicial hasta los desafíos de la pandemia de COVID-19, nada en el proyecto de la mina de Yanacocha fue convencional. Al centrarnos en una adaptación rápida, una comunicación eficaz y la dedicación necesaria para cumplir un cronograma exigente en un entorno brownfield, nos convertimos en un socio de confianza y comprometido con el cliente.

Han pasado cuatro años desde la primera solicitud urgente de Newmont. Un proyecto conceptual altamente complejo ha evolucionado hasta convertirse en una serie de tres grandes proyectos, desde el diseño conceptual hasta la ingeniería de detalle y el apoyo en la construcción. El éxito de cada proyecto ha fortalecido la relación entre Hatch y Newmont.

Con una inversión de 2000 millones de dólares, Yanacocha cuenta ahora con un enfoque proactivo de gestión hídrica. Nuestras intervenciones de emergencia sentaron las bases para el futuro de la mina y facilitaron una transición hacia el cierre responsable.

Y aguas abajo, el agua limpia sigue fluyendo desde las reservas de Yanacocha hacia las comunidades y las personas que dependen de ella.