Como socio de Zimplats desde hace más de 25 años, aportamos un profundo conocimiento de la fundición y una experiencia reconocida a nivel mundial en fundición de PGM y reducción de SO₂. Brindamos servicios de gestión de proyectos, control, gestión de riesgos, ingeniería, adquisiciones, aseguramiento de la calidad, salud y seguridad, dirección de obra y puesta en marcha, supervisando todas las fases de la ampliación.

El espacio en la fundición existente de SMC era limitado y la ampliación debía realizarse e integrarse sin detener la producción. Teniendo en cuenta estas complejidades, desarrollamos un enfoque a medida para el diseño y el diagrama de procesos, la construcción y la puesta en marcha, garantizando una interferencia mínima. Dado que los operadores de la fundición seguían trabajando en la planta en producción, también implementamos un plan de capacitación para formarlos sobre el funcionamiento de la nueva planta, destacando las diferencias entre ambas y facilitando la transición entre los equipos de puesta en servicio y de operaciones.

La ampliación de la fundición, valorada en 400 millones de dólares, consistió en un sistema de alimentación de concentrado húmedo, un secador flash de 45 toneladas por hora, un horno Hatch de 38 MW, dos convertidores Peirce-Smith de 12 por 24 pies, una nueva casa de compresores para el suministro de aire industrial e instrumental, una planta de agua de enfriamiento para suministrar agua al horno y a otros usuarios de la planta, sistemas de almacenamiento y distribución de agua sin tratar y potable, un sistema de granulación de escoria para el nuevo horno y un sistema integrado de manejo de escoria para ambos hornos, así como la ampliación del pasillo de convertidores para optimizar la producción y maximizar la redundancia entre los equipos nuevos y existentes.

Zimplats exigía que el proyecto se acelerara para responder al aumento de la demanda y cumplir con el plan estratégico general, y se nos confió el liderazgo. El proyecto pasó del estudio de viabilidad en 2021 —sin fases previas— a la ejecución en menos de un año, culminando con la puesta en marcha definitiva en diciembre de 2024.

El éxito de este proyecto dependió de una planificación logística precisa, la participación temprana de los socios tecnológicos clave y una estrecha colaboración entre los equipos de Hatch y Zimplats. Hatch y Zimplats colaboraron estrechamente con los proveedores para optimizar los cronogramas de ingeniería, fabricación y entrega. Seleccionamos y contratamos directamente a los socios tecnológicos desde la fase de factibilidad, lo que permitió solapar las etapas del proyecto y lograr una coordinación fluida entre la construcción y la puesta en marcha.

La pandemia mundial de COVID-19 se encontraba en su punto más álgido durante el inicio del proyecto y el estudio de viabilidad. Con los equipos distribuidos entre Sudamérica, Canadá y Sudáfrica, todas las revisiones de diseño y la planificación de la ejecución debieron realizarse de manera virtual. No fue hasta enero de 2022 cuando el equipo se reunió por primera vez en las instalaciones para comenzar la ejecución.

Las interrupciones en las cadenas de suministro a nivel mundial, las tensiones geopolíticas y el aumento del precio del acero complicaron aún más el escenario. En septiembre de 2023, Zimplats tomó la decisión estratégica de aplazar la fase 2 de la planta de reducción de SO₂ hasta 2028, concentrando los esfuerzos exclusivamente en la ampliación de la fundición. Esto exigió una planificación ágil para reconfigurar los servicios compartidos y aplicar medidas provisionales de control de emisiones.

Con toda la atención puesta en la fundición, entregamos el horno, el secador flash, los convertidores Peirce-Smith y todos los sistemas de apoyo. El resultado es un aumento de casi el triple en la capacidad de fundición, que pasa de 135.000 a 380.000 toneladas de concentrado al año, lo que permite a Zimplats y al Grupo Implats cumplir los objetivos de producción futuros.

A lo largo de todo el proyecto, nuestras herramientas de ejecución digital integradas permitieron un seguimiento en tiempo real de la ingeniería, la planificación, los costos y la construcción.

A pesar de las adversidades, el proyecto pasó de la aprobación del consejo de administración a la primera colada en poco menos de tres años, acumulando más de 5 millones de horas de trabajo con un solo accidente con tiempo perdido, testimonio del compromiso conjunto de Zimplats y Hatch con la seguridad y la excelencia.

Desde su puesta en marcha, el nuevo horno ha operado con el factor de funcionamiento requerido, sin acumulación ni exportación de concentrado. La fundición ampliada se erige ahora como un legado tecnológico, alimentado principalmente por energía solar e hidroeléctrica, y representa el futuro de la minería sostenible en Zimbabue.

El proyecto creó más de 1000 puestos de trabajo durante la construcción para las comunidades locales y consolidó el papel de Zimplats como catalizador del desarrollo económico. Pensando en lo que viene, Zimplats y Hatch se están preparando para la siguiente fase: la construcción de la planta de reducción de SO₂, cuyo inicio de operaciones está previsto para finales de 2028. Una vez en funcionamiento, producirá ácido sulfúrico de alta concentración para la producción local de fertilizantes, contribuyendo al sector agrícola de Zimbabue y reduciendo el impacto ambiental.