Muchas empresas están enfrentando grandes cambios. ¿Está preparada su organización para manejarlos?

By Alison Szetho | 15 de julio de 2020

La economía global está atravesando circunstancias sin precedentes, pero hay una luz al final del túnel. Este es uno de los mejores momentos en la historia de su empresa para aprovechar la oportunidad de implementar cambios que la transformen.

Todos sabemos que el cambio es importante para el crecimiento y la mejora de nuestro negocio, pero a menudo no entendemos bien lo que hay que hacer para lograr un cambio exitoso. En el contexto económico actual, es más crucial que nunca entender exactamente qué se necesita para gestionar el cambio y para qué lo necesitamos.

Los programas de cambios a menudo fracasan por falta de planificación en las etapas tempranas, que permite evaluar y establecer hasta qué punto estamos listos para el cambio. Una de las razones principales por las que las personas tienden a no planificar con anticipación o realizar evaluaciones de diagnóstico para los programas de cambio es que no aplican el mismo rigor para la resolución de problemas técnicos a los problemas del personal o de comportamiento. En un artículo anterior, hablamos sobre la importancia de tratar los problemas de cambios con el mismo rigor con el que tratamos los problemas técnicos, y cómo influye eso en la gestión de un programa, y en última instancia, la gestión comercial en general.

Para gestionar con éxito un cambio, se requiere una evaluación anticipada del compromiso y la capacidad de la organización para cosechar los beneficios de la iniciativa propuesta. Estos son los cimientos sobre los que puede construirse un plan de gestión del cambio exitoso. En este artículo exploramos el papel de las evaluaciones de preparación para el cambio en las primeras etapas de la planificación, y cómo estas ayudan a dirigir los esfuerzos posteriores y el plan del programa. En otros artículos ofrecemos una perspectiva más amplia y analizamos los principios rectores del cambio positivo, y también nos concentramos en las mejores prácticas para realizar una evaluación de preparación para el cambio.


¿Qué es una evaluación de preparación para el cambio?

La evaluación de preparación para el cambio es un paso de diagnóstico indispensable en las primeras etapas de la planificación. Mide dos dimensiones clave de la preparación: el compromiso y la capacidad. Responde preguntas simples pero fundamentales: ¿la organización está dispuesta a ejecutar un cambio exitoso? ¿Tiene la capacidad de hacerlo?

  1. El compromiso implica comprender si las personas de su organización están dispuestas a cambiar y por qué. ¿Quieren hacerlo? ¿Por qué? ¿Valoran el cambio? ¿Deben hacerlo porque no hay otra opción? ¿Sienten que deben hacerlo o que están obligados a cambiar? Hay muchos motivos por los cuales las personas pueden querer cambiar, y no es ni malo ni bueno que estas razones puedan diferir. Todas estas razones indican un nivel de compromiso. Pero una de las bases más sólidas para comenzar es creer en el valor del cambio.
  2. La capacidad implica comprender si las personas están en condiciones de cambiar. ¿Las personas están convencidas de que tanto ellas como la organización son capaces de implementar el cambio de forma exitosa? Medir la capacidad de cambio de la organización exige evaluar muchas áreas funcionales distintas: la humana, la financiera y la de recursos de información.

Una evaluación de preparación es una herramienta altamente personalizada que se usa como la base de una estrategia de cambio a la medida y por etapas, y no es un enfoque único para todos. Según el tipo de cambio que esté planificando una empresa, y el alcance de este, una evaluación de preparación para el cambio se enfoca en estas dos áreas: el compromiso y la capacidad. Se evalúa en profundidad hasta obtener una imagen exacta y detallada de cuán lista está la organización para el cambio.

Esta información de diagnóstico puede usarse para comprender el grado de éxito que podría tener un programa de cambios en las condiciones actuales, y detectar las áreas que necesitan más trabajo antes de comenzar.


¿Qué ocurre cuando el nivel de preparación para el cambio no es alto?

Si una evaluación de la preparación para el cambio determina que el nivel de preparación de su organización no es alto, significa que es necesario realizar trabajos de preparación para garantizar que el cambio propuesto alcance sus objetivos comerciales.

Si nuestro nivel de preparación para el cambio es bajo, es posible que las personas se resistan a comenzar con el cambio, que pongan menos esfuerzo en la implementación, que no perseveren ante los desafíos de la implementación y que demuestren, en el mejor de los casos, poca tolerancia al nuevo cambio. La aceptación y el uso seguramente serán intermitentes, dispersos y desparejos. En última instancia, es poco probable que se obtengan los resultados comerciales que se esperaban con el cambio.


Cómo analizar el nivel de preparación de su empresa para el cambio

Conocer el nivel de preparación para el cambio de su organización y cuáles son las áreas que podrían necesitar más trabajo es lo que le permitirá maximizar la adopción del cambio y minimizar la resistencia a él. El solo hecho de saber dónde está parado puede generar conciencia sobre la importancia de las personas, sus creencias y los comportamientos al momento de encarar un cambio exitoso.

Para avanzar en la dirección correcta a partir de una evaluación de la preparación, se necesita una resolución conjunta y una acción colectiva. Sin importar cuál sea el cambio que está planificando, la mayoría de las veces es el factor humano el que determina el éxito o el fracaso de una iniciativa. El éxito de un cambio se obtiene de un esfuerzo en equipo.