Impacto de la COVID-19 en los mercados de materias primas de acero

By Siddhartha Sengupta | 30 de abril de 2020

Estamos viviendo un momento realmente incierto. La pandemia de COVID-19 ha desencadenado una recesión económica inesperada. ¿La crisis económica también desatará un colapso en las actividades bancarias? ¿Es posible que nos enfrentemos a una crisis similar a la crisis financiera mundial de 2009?

¿Qué ha estado sucediendo en la industria metalúrgica desde el comienzo de este año?

En enero y febrero de 2020, la producción mundial de acero bruto fue de 293,4 Mt, con un aumento de 2,6 Mt (+1,1 %) en el mismo periodo en el 2019. China aumentó la producción en 4,7 Mt, mientras que en el resto del mundo la producción se redujo en 2,1 Mt. Las reducciones se produjeron principalmente en Europa: Alemania, España, Polonia y Bélgica. 

Las cifras de producción de marzo de 2020, informadas recientemente por la Asociación Mundial del Acero (World Steel Association, WSA), revelaron un cálculo de reducción del 6 % año tras año, con posibles revisiones futuras.

Este elevado nivel de producción de acero dio como resultado niveles de inventario más grandes de lo normal justo cuando la COVID-19 empezaba a expandirse. 

Es muy poco probable que se repita la crisis financiera del 2009

¿La recuperación de la recesión será en forma de V, de U o de L, lo que significa que tendremos que ajustarnos a un nuevo nivel más bajo de normalidad?

A diferencia del 2009, hoy no estamos lidiando con deudas tóxicas en los sistemas financieros globales que provoquen un impacto duradero en la economía y que requieran medidas correctivas que lleven años. En respuesta a la COVID-19, estamos cerrando intencionalmente sectores productivos de la economía de manera temporaria para retrasar la expansión de la pandemia. 

Por otro lado, los efectos de la crisis del 2009 fueron más asimétricos. Norteamérica y Europa se encontraban en los epicentros, mientras que China, India y Oriente Medio se vieron menos afectados (relativamente). La crisis de la COVID-19 ha afectado a la mayoría de los países de todo el mundo con una intensidad similar. 

El mayor cambio durante esta crisis han sido las distintas reacciones de los gobiernos basándose en las lecciones aprendidas desde 2009. Los gobiernos han sido muy proactivos con las respuestas políticas para controlar las posibles consecuencias económicas. Han sido ágiles para establecer estímulos fiscales, recortes en las tasas de interés, préstamos sin interés para afrontar la interrupción de los negocios y aplazamientos de pagos. En total, los gobiernos de las economías desarrolladas han destinado 5 billones de dólares para estímulos fiscales, lo que equivale a un 5,4 % del PIB mundial. 

En el balance, podríamos esperar que se produzca una recuperación en forma de V, que comenzaría a fin de año o a principios de 2021. 

La recuperación de la crisis en China es muy positiva para la industria del acero

Dados los elevados niveles de producción de enero y febrero, la mayoría de los productores más importantes de altos hornos o de hornos de oxígeno básicos no tendrán que volver a la normalidad antes de junio, o hasta que el inventario acumulado comience a reducirse. Los productores de hornos de arco eléctrico que ya luchaban con los márgenes bajos antes de la crisis podrían tener un periodo extendido de cierres hasta que los márgenes y la demanda mejoren. 

Afortunadamente, en cuanto a la demanda, hay señales de recuperación en China, el mayor generador de demanda de la industria del acero en todo el mundo. La construcción de barcos ha regresado al 90 % de los niveles de producción. Los proyectos de infraestructura del estado han sido encargados por el gobierno para volver a los niveles de actividad previos a la crisis. Los niveles de producción de la industria automotriz han aumentado más del 30 %. La producción aumentará cuando se levante el bloqueo en Hubei, una provincia con más de cien fabricantes de la cadena de suministro del sector automotriz. Es casi seguro que el gobierno chino ofrecerá un programa de estímulo, aunque es poco probable que tenga la magnitud del estímulo de 2009, con inversiones a gran escala en energía, puertos, transporte urbano y puentes. 

A medida que China avance, la cadena de suministro del sector de fabricación deberá esforzarse para exportar componentes y productos durante el intervalo de recuperación económica en el resto del mundo. Sin embargo, la velocidad con la que el país está volviendo a la normalidad, junto con el aplanamiento en las curvas de infección que estamos empezando a ver en Europa y Norteamérica son un buen presagio para el futuro de la industria del acero. 

Lo que la industria del acero debe hacer para enfrentar los desafíos a corto plazo y al mismo tiempo posicionarse para tener éxito a largo plazo

A corto plazo, la industria deberá ocuparse de lo básico. Los objetivos inmediatos deberán ser reducir los costos, mejorar la utilización y los márgenes y mantener el flujo de efectivo. Los proyectos que implican mucho capital deberán limitarse o disminuirse temporalmente para conservar el efectivo. 

A largo plazo, los gobiernos tendrán una función mucho más importante y tendrán un impacto mucho más grande en el futuro de la industria. Ya son el prestamista y empleador de último recurso. Por lo general, durante las crisis los gobiernos gastan en paquetes de estímulos para infraestructuras, a fin de ayudar a mantener en marcha a las industrias más necesarias, como la del acero. Además de esa respuesta durante la crisis, también es posible que veamos respuestas a largo plazo como la aceleración de inversiones en descarbonización planificada, lo que significaría un impulso muy importante para la demanda de acero. 

La industria debe continuar controlando las importaciones predadoras. No faltarán los cargamentos de acero que compitan por obtener compradores. La historia nos ha aportado pruebas suficientes que demuestran el daño a largo plazo que esto puede generar en la industria del acero. 

Una crisis también puede tener ventajas sorprendentes. La industria del acero tuvo dificultades con los márgenes bajos en 2019 y seguramente las seguirá teniendo este año. Por esa razón es posible que algunos activos rentables viables y a largo plazo surjan para fusiones y adquisiciones. La industria debe prepararse para analizar estas oportunidades y avanzar si encuentra valor en ellas. 

También hay una gran probabilidad de trasladar la fabricación fuera de las geografías de bajo costo para acortar la cadena de suministro y reducir futuros riesgos de interrupciones. Una voluntad política suficiente respaldada por la legislación necesaria podría acelerar el traslado a países desarrollados. La industria del acero debe estar preparada para responder y para coordinar la aceleración de este proceso. 

La luz al final del túnel

La pandemia de COVID-19 presenta unos cuantos desafíos a corto plazo para la industria del acero. La rápida recuperación de China y el estímulo del gobierno a gran escala indican que la industria debería poder resistir esta tormenta. Los productores deben estar listos para aprovechar las ventajas de las oportunidades emergentes.