La gestión de las cadenas de suministro frente al riesgo del cambio climático: parte 1

By Grecia Pacheco y Julie Bourgault | 25 de noviembre de 2022

En 2016, Fort McMurray, en la provincia de Alberta, Canadá, sufrió una pérdida estimada en $3,58 mil millones por daños debido a incendios forestales, y en 2021, las inundaciones en la provincia vecina de Columbia Británica forzaron a las organizaciones a reevaluar las amenazas de los eventos climáticos extremos para sus cadenas operativas y de suministro. Si consideramos la trayectoria actual, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) seguirán causando riesgos graves de cambio climático. Con esto en mente, las organizaciones deben saber cómo prepararse y mantener a salvo sus cadenas de suministro.

Dentro de los próximos cinco o diez años, los fracasos en las medidas contra el cambio climático, el clima extremo, la pérdida de biodiversidad, las crisis de recursos naturales y el daño ambiental serán las cinco amenazas críticas mundiales,[1] lo cual hará que el riesgo del cambio climático se convierta en un problema que seguirá afectando a las personas y las organizaciones de todo el mundo.

El riesgo del cambio climático surge de los efectos de este cambio que afectan negativamente al sustento, las organizaciones, los activos sociales y culturales, la infraestructura, los servicios y los ecosistemas.[2] Teniendo esto en cuenta, la gestión efectiva de la cadena de suministro debe estar a la vanguardia de las operaciones de la organización y debe basarse en una estrategia resiliente que reduzca la amenaza del cambio climático y mida con éxito sus efectos.

¿Cómo afecta el riesgo de los efectos físicos del clima a las cadenas de suministro?

Los efectos ambientales del cambio climático se pueden observar en diversos grados, pero la evidencia más clara es el aumento de la frecuencia, la imprevisibilidad y la gravedad de fenómenos climáticos extremos, como las inundaciones, los incendios forestales, los huracanes y los tornados.

Los incendios en Fort McMurray y Columbia Británica en Canadá afectaron ampliamente a los negocios locales de esas regiones. Sin embargo, el impacto residual de las disrupciones en la economía de Canadá Occidental se sintió más allá de las economías locales: la falta de madera afectó a las industrias de la construcción en toda Norteamérica y las interrupciones del servicio ferroviario ralentizaron las exportaciones, lo que causó importantes aumentos en el costo de los productos de consumo cotidianos en todo el país.

Están ocurriendo eventos similares en todo el mundo y sus consecuencias trascienden las cadenas de suministro globales. Este efecto cascada se manifiesta, principalmente, como faltantes o aumentos drásticos en el precio de las materias primas, las partes para mantenimiento y los suministros. La reciente inundación causada por factores climáticos en Pakistán mató a 1739 personas, desplazó a cientos de miles y causó cerca de USD 30 mil millones en pérdidas económicas y daños a las viviendas, la agricultura y el ganado, la infraestructura y los sectores de la comunicación.3

Los faltantes que surgieron generaron presiones operativas y causan volatilidad en el flujo de caja, lo cual exacerba los cuellos de botella en el transporte y otros conflictos logísticos. En otras palabras: un mundo en el que los fenómenos climáticos extremos se vuelven frecuentes es un mundo en el que las interrupciones de la cadena de suministro son una de las principales causas de incertidumbre operativa. Como muchas organizaciones buscan lograr cero emisiones netas de GEI para el 2050, este objetivo ambicioso debe acompañarse con el objetivo simultáneo de mitigar los riesgos físicos y los desastres naturales.

¿Qué pueden hacer las organizaciones?

Las mejores estrategias fortalecerán la resiliencia y minimizarán el impacto de las interrupciones relacionadas con el riesgo climático en las organizaciones. El primer paso para desarrollar una estrategia efectiva es evaluar los impactos financieros, operativos y de mantenimiento de cualquier interrupción potencial por riesgos climáticos, con el fin de identificar la probabilidad y las consecuencias de que el riesgo se concrete.

Según la industria y el producto, los riesgos climáticos físicos pueden reducirse tomando algunas de las medidas que se describen a continuación.

  • Planificación exhaustiva para los eventos
  • Simulaciones de emergencia con proveedores clave para identificar cómo pueden responder en caso de un evento climático extremo.
  • Diversificar proveedores para identificar proveedores estratégicos primarios y secundarios y dividir el suministro crítico para reducir el uso de materiales que se fabriquen en un solo lugar.

También es importante destacar que, al considerar toda la cadena de valor en forma holística, y al investigar cómo los activos individuales y los pasos intermedios se relacionan unos con otros, las organizaciones pueden empezar a entender el impacto significativo general que podrían causar las interrupciones complejas. Al aplicar este enfoque, considerando los riesgos más allá de un grado de separación, tanto upstream como downstream de la cadena de valor, puede garantizar que los riesgos se midan plenamente y se gestionen de forma acorde.

Invertir en comprender y anticipar los eventos extremos también puede ayudar a las organizaciones a planificar de forma proactiva y rediseñar las cadenas de suministro para eliminar riesgos. Esto puede incluir la implementación de tecnología que controle los datos del clima en tiempo real para modelar mejor los riesgos climáticos y los eventos extremos, y luego preparar la cadena de suministro en toda su extensión para mitigar las interrupciones.

En última instancia, las organizaciones tienen tanto una responsabilidad ética como un interés comercial en reducir las emisiones en toda su cadena de suministro, y al mismo tiempo deben estar preparadas para los desastres imprevistos. Si se continúa con las emisiones de GEI, veremos impactos cada vez más graves del cambio climático, que generarán fenómenos climáticos disruptivos cada vez más frecuentes y graves. Hacer negocios e impulsar el progreso social en un mundo tan impredecible será desafiante y costoso, y las organizaciones tienen la responsabilidad de reducir las emisiones de GEI, y también de prepararse para los desastres.

¿Cómo podemos ayudarlo?

En Hatch, contamos con conocimientos para simular y modelar diferentes situaciones climáticas, sus impactos y las posibles soluciones. Por ejemplo, podemos modelar el terreno en el que se propone establecer una mina para evaluar el impacto de eventos de lluvia intensa y mejorar los esfuerzos de preparación, o modelar vías de transporte y desarrollar mapas de riesgos catastróficos y medidas de mitigación propuestas.

La importancia y la resiliencia de las cadenas de suministro se pusieron de manifiesto con la COVID-19, cuando se demostró lo importante que es desarrollar estrategias resilientes e integrales que incorporen tecnologías innovadoras. Con este marco, podemos ver toda la extensión de la cadena de suministro para garantizar la robustez y desarrollar una hoja de ruta de riesgos y transformaciones para reforzarla.

Hatch puede ayudar a los clientes a ser líderes en transición energética. Esto requerirá la compensación y reducción de GEI, así como incorporar los factores de costo ambientales en la toma de decisiones sobre activos nuevos. Comuníquese con nosotros para obtener más información sobre cómo podemos ayudar a nuestros clientes a gestionar la compensación y reducción de emisiones de GEI, y también incorporar los factores de costo ambiental en la toma de decisiones.

[1] Informe de Riesgos Globales 2022 | Foro Económico Mundial (weforum.org)

[2] Riesgos relacionados con el clima y eventos extremos | UNFCCC

3 Pakistán: Daños por la Inundación y Pérdidas Económicas por Más de USD 30 mil millones y Necesidades de Reconstrucción por más de USD 16 mil millones - Nueva Evaluación (Pakistan: Flood Damages and Economic Losses Over USD 30 billion and Reconstruction Needs Over USD 16 billion - New Assessment) (worldbank.org)