Cómo reducir los riesgos a la hora de hacer negocios

By Ryan Cote | 20 de septiembre de 2022

El primer paso para abordar cualquier evento de alto impacto y poca probabilidad es identificar en forma objetiva y priorizar todos los riesgos antes de comenzar un proyecto. Para esto, necesitamos reconocer y eliminar nuestros prejuicios existentes. Un enfoque científico sólido es mejor que la experiencia personal cuando se trata de hacer una identificación integral de los riesgos.

Una vez identificados los riesgos, deben implementarse medidas de mitigación y barreras para reducir la probabilidad de que ocurra el evento. Por ejemplo, una barrera física entre el tránsito y los carriles para bicicletas es una medida de mitigación mejor que una señal visual pintada entre los carriles. Sin embargo, a veces ni las medidas más estrictas resultan suficientes. Los controles desarrollados al inicio de un proyecto deben mantenerse durante todo el ciclo de vida: desde el diseño, la construcción, la operación y, finalmente, el decomisionamiento. En pocas palabras: deben funcionar hasta que ya no haya riesgos. Esto requiere una gestión integral de los cambios para mantener la integridad de las instalaciones, incluso después del cierre.

¿Qué está en juego?

Abordar los riesgos catastróficos –además de ser lo correcto– tiene numerosos beneficios para un cliente o una empresa:

  • Reputación y licencia para operar. Algunas empresas grandes pueden sobrevivir al daño a su reputación que representa un evento catastrófico, pero muchas otras no lo lograrán. Si una empresa pequeña genera un daño ambiental catastrófico, es probable que su licencia se revoque y la oposición local podría impedir que vuelva a abrir sus puertas.
  • Salud y seguridad. En el mundo de los negocios actual, las lesiones laborales son inaceptables, sin importar cuál sea su gravedad.
  • Medioambiente. Ahora que todas las empresas buscan mejorar su imagen en cuanto a la ecología, un evento catastrófico, como un derrame masivo de hidrocarburos o sustancias químicas, es más dañino que nunca.
  • Salud financiera. Un evento catastrófico significativo generalmente implica un daño a los activos, que es costoso de reparar, e incluso puede impedir que un activo genere ganancias. Las empresas pueden enfrentar obstáculos financieros adicionales, según la naturaleza del evento. Además, un evento que cause pérdida de vidas o daños en el medioambiente o la propiedad, puede generar multas y acciones legales.
  • Causas penales. Aunque de esto se habla poco, pueden surgir preocupaciones sobre la responsabilidad penal que pueden enfrentar los ejecutivos si ocurren eventos catastróficos (tales como fallos catastróficos de un tranque de relaves).
  • Desempeño operacional. Las unidades y los negocios con organizaciones de seguridad óptimas suelen tener también un óptimo desempeño financiero. Una sólida gestión de riesgos puede ser un indicador de un sólido desempeño del equipo.
  • Integridad personal. Nadie quiere que su sector del negocio experimente un evento que afecte en forma negativa a varios de sus colegas y sus familias, a la empresa y a su propia reputación.

No se deben correr riesgos innecesarios.

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Para identificar y controlar en forma efectiva los riesgos catastróficos -para un tranque de relaves u otro activo industrial- no alcanza solo con el cumplimiento regulatorio. Los clientes deben entender que, hoy en día, también deben tener en cuenta las influencias combinadas del diseño, la gestión de cambios y la estructura de su organización al abordar los riesgos de eventos catastróficos que podrían perjudicar a sus empresas.

Es una medida inteligente. Después de todo, no hacerlo es peligroso.

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Enlace al artículo de Ryan Cote de Asesoría: Gestión de riesgos: cómo evitar el evento improbable que podría destruir su negocio (Risk Management: Preventing the unlikely event that could destroy your business)