El diablo se esconde en los detalles: cómo lograr lo inimaginable

By Matthew Cramer and Camilo Romanha | 11 de agosto de 2022

Los astronautas no se saltean pasos en el espacio. Un solo paso en falso seguramente sería catastrófico y, por más complicado que sea, es necesario aplicar este nivel de diligencia en todas las fases de la gestión de riesgos catastróficos.

Es complejo definir el riesgo catastrófico pero, en general, el término hace referencia a sucesos con varias muertes y con un impacto negativo a nivel cultural, mental, ambiental, social o económico.

Debido a la poca frecuencia en que ocurren estos sucesos, es difícil conceptualizar los resultados catastróficos o planificar basándose en ellos. Sin embargo, al lograr comprender cómo evaluar y gestionar con eficacia un riesgo catastrófico, podemos empoderar a los empleados, acelerar el proceso de toma de decisiones, determinar cómo mitigar estos riesgos y evitar en gran medida los desastres.

¿Qué es la gestión de riesgos catastróficos? ¿Cómo y por qué se usa?

Lo más importante que debe considerarse a la hora de pensar en los sucesos catastróficos es que solo porque algo no ha ocurrido no significa que no ocurrirá. En casi todos los casos, el suceso que intentamos prevenir nunca ocurrió en nuestras historias personales, pero sí en algún lugar y a alguna persona que posiblemente pensaba lo mismo. Por definición, se trata de acontecimientos muy poco probables y con consecuencias graves.

La única manera de mitigar un desastre de manera efectiva es aplicando un enfoque científico sin sesgos en el que se analicen los resultados y las causas probables desde una perspectiva lo más diversa posible. En lo que respecta a este nivel de gestión de riesgos, no podemos basarnos en la suerte ni en la probabilidad, ni siquiera en el desempeño histórico. Debemos responder preguntas difíciles: “¿Sé cómo podría ocurrir un acontecimiento como este? ¿Existen controles o barreras activos y eficaces para prevenir los resultados posibles?”.

La importancia de la diversidad

Cuando se analiza la evaluación de riesgos, es importante considerar el valor de seleccionar un equipo con formación, aptitudes y experiencias diversas.

Cuando se diseñan los controles, mientras más podamos alejarnos del pensamiento grupal, mejor. Si todos están de acuerdo, no hay nadie que asuma el papel de abogado del diablo para cuestionar la solución e impulsarla más. En la mitigación de riesgos, todos deben asumir un rol distinto: mientras más variado sea el equipo a nivel profesional, cultural o académico, mejor. Incluso en un equipo muy unido, cada persona debe asumir un rol.

Enfoque sin sesgos

Como seres humanos, dependemos en gran medida de la experiencia personal para definir lo que nos causa temor. Sin embargo, cuando hablamos sobre el riesgo catastrófico, nos referimos a un acontecimiento que podría ocurrir solo dos o tres veces en el año en todo el mundo. Si tenemos esto en cuenta, no es lógico esperar que un integrante del equipo tenga una experiencia directa y conozca íntimamente un suceso de este tipo.

A medida que la probabilidad de que suceda un acontecimiento de este tipo se vuelve más lejana, las personas se preocupan menos, aunque deberían hacer lo contrario. La autosuficiencia da lugar a la soberbia, a errores por descuido y, en última instancia, a desastres catastróficos.

Por esta razón, tenemos la obligación de eliminar los sesgos y los falsos positivos en todas las evaluaciones, y confiar en los fundamentos científicos conocidos. No podemos permitir que los patrones de pensamiento anómalos (si este acontecimiento nunca pasó, ¿qué posibilidad hay de que ocurra aquí durante mi carrera profesional?) generen una sensación de protección pasiva. Esta no es una barrera controlada ni informada; se trata de un sistema de creencias que se basa en una falta de conocimiento y preparación. La protección pasiva es como confiar en los dados.

Adoptar un enfoque científico

La matemática, la física y la química no mienten. Si nos basamos en métodos científicos y adoptamos un enfoque de ingeniería, podemos comenzar a responder qué puede ocurrir, cómo ocurrirá y cómo podemos prevenirlo. Al aplicar sistemáticamente técnicas detalladas y rigurosas de evaluación de riesgos contra todos los modos de falla y evaluamos de manera diligente la efectividad de control de un equipo, podemos construir las barreras preventivas y de mitigación adecuadas para garantizar que el riesgo ambiental sea menor para todos.

Cómo abordar la mitigación de sucesos catastróficos

Comencé diciendo que los astronautas jamás se saltean pasos en el espacio porque las consecuencias serían inmediatas. Como ingenieros, debemos tratar los controles críticos con la misma diligencia. No podemos omitir pasos ni negar la erosión simplemente porque pensamos que no es probable que ocurra el suceso ni que tenga un resultado catastrófico.

A modo de ejemplo, creo firmemente que uno de los riesgos catastróficos que peor se interpreta el que puede darse en un espacio confinado. Los líderes suelen considerar que está bien controlado y que es un lugar común; por ende, no tiene un potencial catastrófico, pero eso no siempre es así.

Los espacios confinados grandes deben considerarse con especial cuidado. La evacuación de un espacio confinado como este es diferente de la que se realiza en un espacio donde hay una o dos personas. Para comenzar, se debe evacuar en el mismo plazo determinado por la prevalencia de gas peligroso. Y, más que posiblemente, la atmósfera no será homogénea. Un área puede ser segura, mientras que otra puede ser inhabitable.

Por esta razón es importante contar con un plan de rescate bien pensado y ejecutable que todos comprendan. Se deben practicar los roles y procedimientos para internalizarlos, a fin de que, llegado el momento, se puedan salvar vidas.

Hatch aporta una labor interdisciplinaria de científicos, diseñadores e ingenieros especializados a todos los aspectos de la gestión de riesgos. Con nuestro vasto historial de proyectos y un equipo mundial de líderes de la industria, no tememos hacer las preguntas difíciles y, poniendo la seguridad en primer lugar de todo lo que hacemos, no nos salteamos ningún paso. Hacemos la tarea y somos totalmente honestos sobre los riesgos y su gestión.

Comuníquese con Camilo Romanha y Matthew Cramer para obtener información sobre cómo diseñar, instalar, verificar y mejorar los controles de riesgos.