Asesórese muy bien antes de ingresar en la industria de los vehículos eléctricos

By Siddarth Subramani | 12 de agosto de 2022

Hace más de 100 años, la gente se enamoró de sus vehículos a gasolina. Cuando piensan en la posibilidad de cambiarlos por vehículos eléctricos (EV), muchas personas se resisten y se enfadan. Afirman que los EV no pueden recorrer la misma distancia que los vehículos que funcionan con combustibles fósiles, que es costoso reemplazar las baterías y que no hay suficientes estaciones de carga.

Todo eso es verdad. Por el momento.

Sin embargo, el cambio es inevitable. La reciente promulgación de la Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act) en los Estados Unidos reconoce esta certeza y nos acerca a ese objetivo. También tiene consecuencias importantes para la cadena de suministro de EV y representa oportunidades para Canadá.

La Ley de Reducción de la Inflación contribuirá a que el sector de EV inicie e implemente ese cambio. Los pesimistas afirman que esa transición nunca ocurrirá. Los optimistas prevén una transición dentro de 10 a 20 años. La verdad está al medio. Seríamos soberbios si pensáramos que podríamos pasar de vehículos de combustibles fósiles a EV en una década. Tomará tiempo.

La industria de caza de ballenas es un buen ejemplo. El aceite de ballena fue un elemento básico para todo el mundo entre los siglos XVI y XIX. Se usaba en muchos productos, como aceite para encender lámparas y lubricantes de baja fricción. Las personas estaban convencidas de que no podían vivir si ese aceite. Finalmente, sin embargo, surgieron reemplazos más eficientes y accesibles, como el canfeno, el queroseno y el petróleo, y la industria colapsó. El plazo entre el pico de la extracción de barriles de aceite de ballena hasta el final de la industria se extendió por casi 50 años.

En el futuro cercano, puede suceder lo mismo con los automóviles que funcionan con combustibles fósiles o, al menos, se les podría encontrar un uso específico. Los EV, propulsados a batería que se fabrica con minerales críticos como litio, cobalto, níquel y cobre, serán más eficientes, accesibles y reciclables.

Pensamiento crítico

Tuve el placer de representar a Hatch en el Taller de Minerales Críticos organizado por el gobierno de los Territorios del Noroeste de Canadá (NWT). En este marco, hice una presentación de apertura titulada “Understanding Canada’s Strategic Advantage within Critical Mineral Supply Chains” (Interpretación de la ventaja estratégica canadiense en las cadenas de suministro de minerales críticos). El gobierno de los Territorios del Noroeste de Canadá nos contactó porque reconoció que éramos un asesor confiable con una profunda experiencia técnica y comercial. Contamos con un grupo asesor especializado en el sector tecnológico que ha colaborado con diversos actores de la industria y con políticas gubernamentales sobre minerales críticos. En particular, los NWT tienen yacimientos minerales que son fundamentales para la cadena de valor de los EV, por lo cual debe promoverse toda iniciativa de políticas que faciliten la extracción de esos minerales. Para eso existe la Ley de Reducción de la Inflación.

La producción de vehículos eléctricos se ha multiplicado por veinte durante los últimos diez años. Esa tendencia, junto con el cambio climático, las órdenes gubernamentales referidas a los vehículos de cero emisiones y las metas de producción de los fabricantes de EV, genera la necesidad de garantizar grandes cantidades de minerales críticos. En este momento, no hay suficientes gigafábricas de celdas de baterías para respaldar el crecimiento previsto. Sin embargo, esto está a punto de cambiar. Los problemas de suministro posteriores a la pandemia de COVID-19 han llevado a muchos países a repensar las estrategias de producción, y Canadá y los Estados Unidos han anunciado la apertura de varias gigafábricas propias, y se prevé la apertura de más en los próximos cinco años. Se prevé también que ambos países diseñen procesos de reciclaje de baterías, un área liderada por Canadá en el desarrollo de tecnología. Este crecimiento representa una verdadera oportunidad para Canadá y sus provincias y territorios ricos en minerales necesarios para fabricar EV y sus baterías.

En comparación con el resto del mundo, América del Norte está rezagada en la producción y venta de EV. En 2020, los consumidores de Canadá, un país que cuenta con una población de 38.000.000 de personas, compraron 54.000 EV. En 2021, esta cifra trepó a 86.000. En los Estados Unidos, cuya población asciende a 329 millones de personas, se vendieron 308.000 EV en 2020, una cifra que casi se duplicó a 608.000 en 2021. Si se compara este hecho, los residentes de China, que tiene una población de 1.400.000.000 de personas, se vendieron 2.900.000 de EV en 2021.

Consejo sabio

Lógicamente, los fabricantes de automóviles de América del Norte deben ponerse al día. La buena noticia que se dio a conocer en la edición 2022 de la conferencia internacional de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá (Prospectors and Developers Association) fue que la industria minera se estaba preparando para satisfacer el suministro de los minerales críticos necesarios para impulsar la transición a los EV. Un tema que se mencionó con frecuencia en la conferencia fue que se necesitaría la colaboración en la cadena de valor para poder llevar a cabo esta transición. Se necesitará un esfuerzo mancomunado y la colaboración de mineros, fabricantes de cátodos, de baterías y de equipos originales, comunidades y gobiernos.

Por supuesto, eso exige trabajar en equipo, momento en el que interviene Hatch. Hemos reunido los aportes del mercado y de los especialistas en todas las fases de la fabricación de EV. Hemos colaborado para que los fabricantes de automóviles se aliaran con los mineros para garantizar la provisión de metales críticos. Y hemos ayudado a los gobiernos a elaborar protocolos de EV. Nuestra experiencia y nuestros exhaustivos conocimientos técnicos nos diferencian en todos los aspectos de los servicios de asesoría.

Los vehículos propulsados con combustibles fósiles no desaparecerán pronto. Entre los gobiernos y los usuarios finales de estos metales, como los fabricantes de automóviles, habrá ganadores y perdedores. Quienes hagan lo que hay que hacer, planifiquen, investiguen y formulen estrategias posiblemente sobrevivirán.

¿Y quienes no? Digamos que el éxito y el aceite de ballena no se mezclan.

Es alentador ver que el gobierno de los NWT ha asumido una postura proactiva e intenta aprovechar la oportunidad. Puede leer aquí el informe completo.