La seguridad debe ser la fuerza impulsora de los vehículos autónomos

By Andrew Miller | 22 de agosto de 2022

La frase "vehículo autónomo" evoca una imagen perfecta de personas que entran en sus autos, ingresan el destino y se sientan a disfrutar el viaje. Este tipo de transporte, que la ciencia ficción viene imaginando desde hace décadas, está cada vez más cerca de volverse realidad. Tendrá un efecto profundo en nuestras vidas, en nuestras comunidades y en nuestras industrias, como la del transporte, la minería y la agricultura.

En las próximas décadas, los vehículos con conducción automática, también llamados "vehículos autónomos" (AV, por sus siglas en inglés), cambiarán de forma significativa el modo en el que transportamos y enviamos nuestros bienes, la planificación y el diseño de las ciudades, el recorrido hacia nuestros trabajos y nuestra forma de viajar.

Los científicos y los ingenieros han dedicado gran parte de sus investigaciones y recursos al desarrollo de AV. La expectativa es que estos vehículos sean más seguros, rápidos y eficientes en cuanto al uso de energía. Sin embargo, los legisladores y los gobiernos todavía no han hecho el mismo esfuerzo por reglamentar los AV, lo cual implica que hay preguntas clave que siguen sin respuesta: ¿Quién se hará responsable cuando ocurra un accidente? ¿Quién se hará cargo de las consecuencias?

Hoy en día no existen los vehículos totalmente autónomos y solo algunos se aproximan a la conducción automática. Estos pocos vehículos "autónomos" operan de forma automática solo bajo condiciones muy específicas, y la mayoría requiere la presencia de un conductor calificado que esté disponible para tomar el control de forma inmediata. Esa persona sigue siendo el conductor legal y es quien asume la responsabilidad de operar el vehículo, al igual que con un automóvil convencional. Pero, en el futuro, cuando la tecnología haya avanzado aún más, es posible que los AV no tengan conductor y estén vacíos o lleven solo pasajeros, quienes no pueden controlar el vehículo. En esos casos, ¿quién asumirá la responsabilidad?

La respuesta es: los fabricantes de los vehículos. Esta obligación será un estándar que las fuerzas de la ley, los investigadores y el público en general podrán entender y cumplir fácilmente: si un humano no es responsable por el vehículo, entonces el responsable es el fabricante. Antes de descartar la idea, consideren que ya hay al menos una automotriz que acepta la responsabilidad por sus vehículos autónomos, aunque con ciertas restricciones. El fabricante confía en su producto lo suficiente como para asumir la responsabilidad por él, siempre que se use correctamente. Es un estándar alto, pero es lo mínimo que el público debe esperar de un fabricante.

Distintos niveles

Actualmente, los vehículos completamente automáticos —en los cuales los humanos no están presentes o solo son pasajeros— no existen, con algunas pocas excepciones en usos muy específicos (como equipos de construcción en terrenos muy remotos). En vez de eso, hay muchas automotrices que comercializan vehículos con varias características de conducción asistida. Estas características también deben regularse para garantizar la seguridad y determinar la responsabilidad.

Según la Sociedad de Ingenieros Estadounidenses (SAE, por sus siglas en inglés), hay cinco niveles de AV:

Nivel 0: Sin automatización: el conductor es completamente responsable de controlar el vehículo.

Nivel 1: Asistencia al conductor: el vehículo tiene algunos sistemas automatizados, como control de crucero adaptativo, en los cuales el conductor no necesita usar los pedales.

Nivel 2: Automatización parcial: el vehículo puede realizar funciones similares a la dirección, la aceleración y el frenado. El conductor debe supervisar el vehículo.

Nivel 3: Automatización condicional: el conductor puede permitirle al vehículo operar de forma autónoma en condiciones específicas (como en un camino despejado, durante el día y si está soleado). Se espera que el conductor tome el control del vehículo si es necesario.

Nivel 4: Automatización alta: el vehículo puede realizar todas las funciones de conducción de rutina en condiciones específicas y alertará al conductor si esas condiciones se exceden y es necesario que una persona tome el control.

Nivel 5: Automatización completa: no se necesita conductor.

Estas designaciones sirven para que los ingenieros trabajen para mejorar la capacidad de los vehículos. Desafortunadamente, no son tan útiles para los entes reguladores, que quieren tener carreteras seguras con responsabilidades claras. Los expertos en AV de Hatch desarrollaron una tipología innovadora y única que es más útil que la clasificación por niveles para los legisladores, las empresas aseguradoras y los entes reguladores. Esta tipología, que distingue en más detalle todos los modos posibles de conducción automática desde una perspectiva regulatoria, es una contribución significativa al avance de los AV.

Primero lo primero

Los vehículos totalmente automáticos que puedan llevar a una persona desde su casa en los suburbios hasta su oficina en el centro de la ciudad probablemente no sean posibles hasta al menos el año 2050, o incluso más; los problemas de ingeniería que deben resolverse para desarrollar ese tipo de automóviles son significativos. Mientras tanto, es probable que la industria de los camiones lleve la delantera y que los camiones con sistemas de conducción automática para transportar bienes estén disponibles mucho tiempo antes que los automóviles automatizados.

Es extremadamente difícil desarrollar un vehículo que pueda circular por las calles atiborradas del centro de la ciudad, plagadas de peatones, ciclistas y el tránsito urbano imprevisible. Desarrollar un camión que pueda viajar por carreteras de un punto a otro, junto a vehículos que se mueven de forma previsible, es más factible para un sistema de conducción automático. Además, dado que hace más de una década que hay una falta de conductores de vehículos pesados, la industria está buscando activamente este tipo de sistemas.

En el futuro cercano, los camiones con estos sistemas viajarán a depósitos que estarán ubicados junto a las autopistas y carreteras interestatales, y luego le transferirán el control a los humanos, que completarán la entrega final de la carga. En este campo, a esta técnica se la denomina "acarreo": los bienes, en vez de ir del productor al consumidor, son transportados en forma gradual de depósito en depósito. Nuestros expertos han desarrollado una extensa serie de recomendaciones y aplicaciones prácticas para la conducción y el acarreo automatizados. Por ejemplo, los camiones automatizados —controlados por computadoras— podrían circular mucho más cerca unos de otros, lo cual les permitiría viajar en convoys largos que serían más eficientes en términos de energía, combustible y tiempo.

Asumir el liderazgo

Cuando se trata de la operación de vehículos motorizados, la armonización de los estándares es clave. Imaginen la confusión y el caos que podría generarse si las señales de alto fueran octágonos rojos en Nueva York y triángulos azules en Nueva Jersey. La armonización es tan importante para los vehículos motorizados que hay una ventaja significativa para los pioneros: la primera provincia grande o el primer estado en implementar regulaciones e infraestructura para la conducción automática podría convertirse en el líder de esta iniciativa. El resto de las jurisdicciones van a tender a alinearse con los pioneros. Podemos desarrollar programas piloto y estándares personalizados para ayudarlo a convertirse en un pionero. Quienes tarden en reaccionar también se perderán el "efecto red", gracias al cual el valor de un producto, negocio o servicio aumenta a medida que más gente lo utiliza. Dicho de otro modo, las ciudades o regiones que agregan regulaciones e infraestructura para AV alientan la inversión privada, que además hace que todas las inversiones previas sean más valiosas. Por ejemplo, es más probable que las principales empresas de camiones inviertan en jurisdicciones más innovadoras que están un paso adelante, lo cual hará que otras empresas, que también necesitan transportar bienes de forma eficiente como parte de su modelo de negocios, sigan la tendencia.

Se espera que la conducción automática juegue un rol significativo en las economías florecientes, creando trabajo y mejorando el acceso a bienes y servicios. Hatch tiene conocimientos únicos en el campo de los AV y está comprometida con asistir a los legisladores federales, estatales y locales, los reguladores de seguros y los fabricantes de vehículos a crear y aplicar estándares y políticas que garanticen que los AV se operen de forma responsable y segura.