Optimización de la energía: un requisito previo para un futuro con bajas emisiones de carbono - Parte 2

By David Anders | 10 de noviembre de 2021

En la parte 1 de esta serie del blog, hablamos sobre la necesidad de descarbonizar la economía y adaptarnos a un entorno cambiante de energía e hicimos una descripción general de la optimización energética. Explicamos, agrandes rasgos, algunas de las principales actividades necesarias para evaluar y ejecutar ideas para optimizar la energía. En este artículo, hablaremos sobre algunas de las oportunidades clave que son más relevantes para las empresas que buscan formas de descarbonizar sus operaciones, mejorar la competitividad y reducir los costos.

Monitoreo y establecimiento de objetivos mediante sistemas de información para la gestión de la energía

Un aspecto de la optimización del uso de la energía, que a menudo se pasa por alto, es el empleo de una combinación de energía y datos operativos para entender la relación entre los procesos individuales y el equipamiento en cuanto al uso de la energía y su costo. Examinar la variabilidad de los procesos y controlarlos en función de objetivos es un aspecto fundamental del proceso de optimización y control; sin embargo, con frecuencia se deja a la energía afuera de la ecuación.

Implementar y aprovechar los sistemas de información para la gestión de la energía (EMIS, por sus siglas en inglés) junto con métodos estadísticos puede brindarles a los operadores y los gerentes las herramientas para gestionar los procesos y lograr mejores resultados operativos y energéticos. Un EMIS garantiza que se monitoree, se recolecte y se ponga a disposición la información sobre la energía en varios niveles de la organización, para diferentes usuarios y aplicaciones, como el control operativo y los informes corporativos.

Optimización de la eficiencia de los equipos

Es común que la primera medida que las empresas toman para mejorar la eficiencia sea reemplazar los equipos. No obstante, reemplazar equipos en funcionamiento puede acarrear costos y riesgos considerables. Además, se debe garantizar que el desempeño del nuevo equipo cumpla de forma adecuada con las necesidades operativas. Para proyectos grandes de capital, se debe realizar una evaluación exhaustiva de la factibilidad para entender los costos y los riesgos, y para tener más certeza sobre cuánto va a mejorar realmente la eficiencia. Es normal que sea conveniente reemplazar los equipos que están cerca del final de su vida útil por modelos más nuevos y eficientes; sin embargo, hay equipos que pueden ser antiguos pero que, gracias al buen mantenimiento, funcionan casi tan bien como los nuevos. En otros casos, las nuevas tecnologías posibilitan un gran salto en términos de desempeño y eficiencia, como el reemplazo de luces incandescentes o fluorescentes por luces LED, o la implementación de controles de velocidad en motores y ventiladores. Además, deben revisarse las prácticas operativas y de mantenimiento del equipo existente. Con frecuencia, con solo cambiar la configuración de un control y arreglar un componente roto o que no funciona bien se pueden obtener resultados rápidos a bajo costo. Los sistemas de aire comprimido y vapor son fuentes comunes de desperdicio de energía, en especial en instalaciones más antiguas; esto puede corregirse de forma rentable.

Cambio de combustible

Una de las formas más significativas en las que las organizaciones pueden trabajar para reducir su huella de emisión de gases de efecto invernadero es cambiar sus combustibles fósiles por una alternativa con menos emisiones de carbono. La electrificación es el ejemplo más simple: al reemplazar la calefacción basada en combustibles fósiles por sistemas eléctricos de bombeo de calor y al elegir con más frecuencia vehículos eléctricos que permiten la electrificación de los equipos móviles y las flotas. El uso de biocombustibles -e incluso hidrógeno- para compensar los combustibles líquidos o el gas utilizado en motores de combustión o para procesos que requieren calor, es otra área de oportunidad. Este puede ser un proyecto complejo, que requiere una comprensión acabada del desempeño del equipo basado en diferentes alternativas o mezclas de combustibles. Como un área de tecnología emergente, es posible que haya fuentes de financiación externas disponibles para estas iniciativas, según cada jurisdicción.

Fuentes de energía alternativa y almacenamiento de energía

Los consumidores de energía buscan cada vez más fuentes de energía más limpias, incluso cubriendo parte de su demanda en el terreno mediante energía renovable o cogeneración. La autogeneración también ofrece mayor flexibilidad para la distribución de cargas y para manejar los picos de demanda, lo cual puede reducir de forma significativa los costos de energía para los clientes que pagan cargos por alta demanda. Los costos de las tecnologías de energías renovables han disminuido de forma significativa durante la última década, lo cual les permite, en muchos casos, competir con el suministro tradicional.

Sistemas de organización y gestión

Una de las oportunidades más significativas que suelen desaprovechar muchas empresas para lograr una mejora sostenida y continua en la gestión de energía es la falta de un sistema de gestión general para la energía, así como la falta de atención a la energía en el nivel estratégico, organizacional y comercial. Muchas empresas han evolucionado y han implementado sistemas de gestión para la calidad, la salud y la seguridad y el medioambiente; en estas organizaciones, estas prioridades se integran a la cultura corporativa. La certificación ISO 50001 es un estándar para los sistemas de gestión de la energía y es análoga a estos otros sistemas: define los requisitos para integrar la gestión de la energía en las políticas y la estructura organizacional de una empresa, y para implementar procesos de gestión de la energía basados en la mejora continua. Incluso si una empresa no busca obtener la certificación en los términos de este estándar, el proceso ofrece un marco de prácticas recomendadas sobre el que se puede construir un sistema efectivo de gestión energética.

Asistencia e incentivos

Los gobiernos han reconocido que optimizar la eficiencia energética y descarbonizar la economía tiene amplios beneficios sociales, ambientales y económicos. Así, se han establecido muchos programas de incentivos para ayudar a las empresas que buscan invertir en mejorar sus equipos, sistemas y organizaciones para lograr la eficiencia energética y reducir las emisiones. Estos incentivos varían ampliamente según la región y pueden depender de la administración nacional, regional o local, o de empresas de servicios y ONG. Pueden incluir fondos para auditorías de energía y estudios de factibilidad, así como para proyectos de capital. Estos son algunos de los múltiples tipos de incentivos disponibles:

  • Incentivos federales. Tanto en Canadá como en Estados Unidos, hay incentivos impositivos para las empresas que invierten en energía limpia o en eficiencia energética, por ejemplo, al permitirles una amortización acelerada. También existen programas federales que financian proyectos, a menudo para tecnologías emergentes o combustibles alternativos.
  • Incentivos provinciales/estatales. Numerosos incentivos provinciales o estatales se brindan mediante las empresas de servicios locales, como financiación de proyectos, rebajas en equipamiento o reducciones de tarifas para la energía renovable. También es posible que haya créditos fiscales a disposición en algunas provincias o estados.
  • Soporte o servicios técnicos. Muchas empresas de servicios ofrecen programas que brindan asistencia técnica directa mediante auditorías o programas regionales de gestión de la energía.

La búsqueda de la optimización energética les brinda a las empresas muchas oportunidades, que van desde el reemplazo de equipos hasta sistemas de gestión avanzados. Para priorizar las inversiones y garantizar que los beneficios sean sostenibles, es importante evaluar y desarrollar soluciones técnicas que cumplan los objetivos operativos y energéticos, cuantificar el caso de negocios con incentivos disponibles y contar con un plan de implementación que incluya la verificación y el mantenimiento del desempeño a lo largo del tiempo. Un sistema de gestión general para la energía es una condición ineludible para lograr los objetivos a largo plazo relativos a la optimización energética y la descarbonización, ya que garantiza la coincidencia con las prioridades empresariales, permite la mejora continua e impulsa un cambio cultural hacia una reducción del uso innecesario y de los costos, a la vez que se identifican oportunidades de innovación de forma proactiva.


Optimización de energía: un requisito previo para un futuro con bajas emisiones de carbono - Parte 1

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