Reducción de la huella de carbono en minería y metales: cómo desarrollar una estrategia y un plan de acción de descarbonización

By Dr. Trevor Bergfeldt | 19 de mayo de 2021

Cuando vemos al mundo enfrentarse a los efectos innegables del cambio climático, todas las industrias deben poner de su parte para reducir la huella de carbono y cambiar el curso del calentamiento global. Las industrias de minería y metales, que tradicionalmente utilizan mucha energía, se enfrentan a un desafío particular. Es urgente que enfrentemos este desafío. Las empresas que esperen tendrán menos oportunidades y las alternativas que les queden serán más difíciles de implementar y tendrán un costo más alto.

La pregunta es cómo desarrollar un plan factible que cree valor y cumpla con el objetivo realista de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GHG). Cada instalación es única y no hay una solución que sirva para todos. La respuesta es una metodología comprobada que considere todos los aspectos de la instalación, identifique y evalúe las oportunidades potenciales de reducir las emisiones y priorice las soluciones de forma que se facilite la implementación. En última instancia, lo que queremos obtener es un plan de acción con objetivos viables que se apoyen en proyectos creíbles y viables.

Desarrollo de un plan de acción de descarbonización

Para ayudar a nuestros clientes a desarrollar estrategias de descarbonización, implementamos una metodología comprobada en torno al concepto del costo normalizado del carbono conservado (LCCC, por sus siglas en inglés) y la curva de costos de reducción. Esta herramienta poderosa nos permite identificar el potencial y el costo de cada oportunidad de reducción, compararlos con otros proyectos y priorizar los que formarán parte del plan de acción.

Las siguientes actividades describen brevemente la metodología en el contexto de una fundición de aluminio. Sin embargo, esta metodología también se ha aplicado con éxito en plantas de refinería de alúmina y de producción de otros metales, como fundiciones de metal base, refinerías y acerías integradas.

1. Identificar oportunidades

El primer paso es una revisión exhaustiva de las instalaciones para establecer los límites. Mientras el equipo de revisores integrado revisa cada parte de las instalaciones, se hacen tres preguntas: ¿Cómo puede optimizarse o modificarse el proceso existente? ¿Qué otras tecnologías se pueden aplicar? ¿Qué solución podemos usar para el final del proceso? Para identificar y evaluar las oportunidades se necesita un profundo nivel de conocimientos. En función del requerimiento, algunas áreas requerirán expertos especialistas, como en la fundición de aluminio o la generación de energía.

2. Evaluar y determinar el costo de las oportunidades

Antes de la primera selección, se calcula el potencial de reducción de GHG y luego se hace una estimación de alto nivel de los costos de capital y operativos. Se identificarán varias oportunidades para varias partes de la planta y se definirá un alcance de alto nivel para saber qué se necesita para implementar los cambios, incluidos los costos asociados. La estimación incluye elementos de costo clave de proveedores, ingeniería, construcción y del propietario.

3. Seleccionar las oportunidades

Durante la fase de primera selección, las iniciativas se aplican a fuentes de emisiones específicas y se evalúan considerando las barreras y los riesgos de implementación. Debe tenerse en cuenta que este paso no se hace con todas las oportunidades: solo las que superen la evaluación seguirán a la próxima fase.

4. Desarrollar el LCCC

Para incluir la inversión de capital y los costos operativos continuos de la evaluación, se calcula el LCCC. Este método pone a ambos parámetros en pie de igualdad para identificar y priorizar los proyectos que agregan más valor y que deben implementarse primero. El cálculo del LCCC se hace con un modelo de flujo de fondos descontados con criterios integrados establecidos por el propietario.

5. Establecer la curva de costo de reducción

Una vez que la lista de oportunidades se reduce a una selección de proyectos con costos identificados y normalizados, se pueden comparar los proyectos mediante una curva de costos de reducción. La curva de costos de reducción grafica los proyectos del valor más negativo (los que ahorran dinero) al valor más positivo frente a la cantidad de CO2 que se reducirá. Este gráfico ofrece una representación clara y notoria de cuáles son los proyectos que tendrán mayor impacto.

6. Evaluar los proyectos potenciales

La evaluación de los proyectos de reducción potenciales es un proceso iterativo. Es posible que no sea necesario implementar todos los proyectos para que una instalación alcance su objetivo. La evaluación identifica qué proyectos se deben seleccionar y la reducción de GHG a lo largo del tiempo. La selección final identifica todas las partes del plan de acción de descarbonización.

7. Construir el plan de acción de descarbonización

Los proyectos seleccionados ahora pueden distribuirse en una línea de tiempo que muestre los pasos que se tomarán para lograr el objetivo de reducción de emisión de GHG. Esta línea de tiempo también muestra el perfil de inversiones que se necesita para implementar los proyectos, las barreras y las facilidades que deben monitorearse según corresponda, y los puntos clave de decisión. Este paso es un entregable importante que puede comunicarse a las partes interesadas clave.

El plan de acción es dinámico e iterativo. Una vez que los proyectos se implementan y se mide su impacto, es posible que el plan de acción deba ajustarse en función de los resultados, al agregar proyectos que inicialmente no se habían seleccionado o eliminando aquellos que ya no se necesiten.

8. Implementar los proyectos

Si hacemos bien nuestro trabajo en las primeras etapas, es más probable que tengamos éxito en la implementación. Si la determinación del alcance se hace correctamente durante la etapa de desarrollo, los proyectos de alta prioridad pueden comenzar de inmediato. El alcance del trabajo se confirma rápidamente y se puede comenzar un plan de ejecución sin demoras, lo cual permite un proceso de implementación armonioso entre el propietario, la firma de ingeniería y el fabricante de equipo original.

Conclusión

Una metodología estructurada es la mejor forma de desarrollar una estrategia de descarbonización creíble basada en un plan de acción que pueda implementarse. Identifica con claridad, evalúa y prioriza los proyectos que, una vez implementados, ayudarán a las organizaciones a cumplir con sus objetivos de reducción de GHG. Un factor crítico para el éxito es tener acceso a personas con un conocimiento profundo de los procesos y la ejecución de proyectos. Permite establecer un plan de acción que asegure el éxito desde el inicio de la fase de implementación. Y los beneficios no terminan allí: Una vez que el objetivo esté a la vista, el proceso probablemente empezará de nuevo con un objetivo diferente y más agresivo, hasta lograr nuestras ambiciones de cero emisiones netas.

Más información

El Dr. Trevor Bergfeldt y Stephan Broek presentarán su trabajo Cómo Identificar y Establecer Prioridades mediante Planes de Acción en Proyectos de Descarbonización (Identifying & Setting Priorities through Road Mapping of Decarbonization Projects) en la Cumbre para un Aluminio más Verde, que se llevará a cabo el 2 de junio de 2021. Para registrarse para el evento, haga clic aquí.