Cómo garantizar que su nueva operación alcance la capacidad nominal

By Gerald Ong | 1 de octubre de 2020

Una cosa es construir una instalación de última generación, y otra muy distinta es garantizar que despliegue todo su potencial de última generación. El éxito definitivo de un proyecto nuevo, ya sea una operación minera, una refinería o una planta de procesamiento, requiere que se realice una buena inversión y se dedique un tiempo apropiado a una etapa que es clave para que la nueva instalación comience a operar: la etapa de disponibilidad operacional, comisionamiento y puesta en marcha (OCR, por sus siglas en inglés).

Ya hemos analizado por qué la OCR es importante y algunas consideraciones clave que contribuyen a una puesta en marcha exitosa. En este artículo nos enfocaremos en lo que ocurre cuando el proceso tiene problemas, en comparación con un proceso exitoso, y qué tipo de mentalidad y acciones contribuyen a cada resultado.

Los proyectos con un alto gasto de capital no pueden darse el lujo de no invertir en una OCR adecuada. Sin embargo, aunque muchas operaciones podrían creer que están realizando un proceso de OCR adecuado, es posible que no estén haciendo lo suficiente para maximizar el potencial de las nuevas instalaciones.

¿Qué ocurre cuando la fase de OCR no es buena?

Una OCR mala no tiene fluidez. Las funciones que deberían estar interconectadas quedan aisladas, lo que genera pérdidas de tiempo y esfuerzo que podrían redundar en un período de preparación más largo y pérdida de oportunidades para alcanzar productividad e ingresos óptimos. Una mala OCR carece del enfoque necesario en las personas, la comunicación y los detalles.

Un enfoque incorrecto de la OCR puede tener un efecto dominó negativo enorme para un negocio, y ninguna área de la operación estará exenta de esta erosión en cascada de la productividad, los costos y la reputación.

Cuando algo en la OCR sale mal, el equipo inexperto en el terreno se ve obligado a resolver problemas de preparación en vez de ocuparse del cronograma de mantenimiento planificado. Esto no solo exige un esfuerzo innecesario al personal en terreno, sino que con frecuencia los problemas no se resuelven de forma correcta o satisfactoria, y esto puede poner en peligro la salud del equipamiento a largo plazo. Prevalecen las soluciones improvisadas.

Como resultado, se generan frecuentes demoras y períodos de inactividad que a menudo redundan en productos de menor calidad que perjudican la reputación corporativa. Todo esto aumenta el costo operativo y puede llevar a una reducción del valor tan importante que la operación ya no puede alcanzar su caso de negocios para la viabilidad. En ocasiones, se superan las fechas límite para los envíos y las empresas terminan pagando gastos por demoras.

Ir paso a paso en el proceso de OCR puede resultar tedioso cuando hay ansiedad por presionar el botón de "encendido". ¿Pero para qué perder tiempo y dinero valiosos que ya se han invertido en su instalación nueva dejando que los procedimientos de preparación improvisados dictaminen el resultado?

¿Qué ocurre cuando la fase de OCR sale bien?

Una buena fase de OCR es armoniosa. Minimiza las interrupciones no planificadas y los fallos del equipo, y garantiza que las personas estén preparadas para responder en caso de una interrupción. Requiere que la capacitación sea minuciosa, a fin de garantizar que las personas estén preparadas para operar el equipo, que tengan a su disposición todas las funciones y herramientas de respaldo y que sepan qué tienen que hacer en caso de que se produzca un fallo. Por ejemplo, si ocurre un corte de energía y no pueden usar multímetro porque no saben dónde encontrarlo, volver a poner todo en funcionamiento puede llevar varias horas. Este tipo de actividades de mantenimiento y tiempo de inactividad no planificados son los factores más costosos en las operaciones nuevas.

La mentalidad correcta detrás de la OCR implica en gran parte los mismos preparativos y tipos de preguntas que nos hacemos cuando tenemos un neumático desinflado: ¿tengo un neumático de repuesto en el baúl? ¿Tengo las herramientas que necesito para cambiar el neumático? ¿Sé cómo cambiar un neumático? Incluso antes de hacerse esas preguntas (y es aquí donde muchas operaciones fallan), ¿se sabe que uno de los neumáticos tiene una pinchadura y podría romperse?

Puede sonar simple, pero este tipo de mentalidad proactiva y omnisciente es la diferencia entre una preparación buena y una mala, y a menudo equivale a millones de dólares ahorrados en productividad y ganancias.

Se trata de las personas, no de los equipos

El mayor error que cometen las compañías al comenzar su fase de OCR es no contar con la perspectiva correcta para estructurar sus esfuerzos.A menudo, la OCR se trata como si fuera solo un elemento de la lista de verificación en el que todos pierden interés rápidamente.

En vez de considerar a la OCR como la preparación de una instalación, intento fomentar la idea de que la OCR tiene que ver con preparar a las personas. Después de todo, una instalación no se opera sola. La eficiencia de su desempeño dependerá de las personas que la manejan. En última instancia, una buena OCR es mucho más que solo poner una instalación en funcionamiento. Se trata de crear un negocio exitoso y sustentable.

Cuando los equipos del proyecto y de las operaciones están compuestos por un grupo diverso de individuos con distintos antecedentes, la atención a las diferencias culturales y a la comunicación es fundamental para lograr la colaboración y, finalmente, una preparación exitosa.

Para algunos, un atraso de un minuto es un gran problema, mientras que para otros un atraso de una hora es solo un detalle. Un enfoque inteligente de la OCR es aquel que pone a todos en el mismo lugar. En lo concreto, esto incluye detalles cruciales, como crear y definir cuidadosamente los indicadores clave de desempeño binarios, de manera que todos sepan exactamente cómo se mide la definición de éxito.

También son importantes los ejercicios de trabajo en equipo para fomentar un sentido de comunidad y conexión. Todos hemos experimentado la diferencia: cuando entendemos y nos sentimos más conectados con nuestros colegas, trabajamos mejor. Puede parecer algo secundario, pero estos principios básicos en realidad son la base del éxito y pueden pasarse por alto muy fácilmente en operaciones grandes.

La diferencia está en los detalles

Es bastante lógico pensar que las primeras partes de una instalación que comienzan a operar sean los componentes más grandes e importantes. De hecho, un procedimiento de preparación adecuado debe comenzar con los detalles más pequeños. Sin embargo, a menudo es difícil comunicarles esto a los equipos. Para superar este desafío, debemos capacitar al personal de construcción de primera línea para que entiendan la operación desde la perspectiva del sistema, más que desde la perspectiva del equipo en forma aislada. Cuando las personas que trabajarán en su operación entienden no solo lo que tienen que hacer sino por qué tienen que hacerlo, los problemas se pueden resolver de forma más eficiente y efectiva en el lugar. Esto permite mitigar mejor el mantenimiento y la inactividad no planificados, lo cual en última instancia ahorra muchos costos.

Cada mínimo procedimiento debe detallarse, revisarse, evaluarse en cuanto a los riesgos, escribirse y mitigarse, y todos deben estar capacitados en cuanto a cada detalle. Incorporar a las personas lo antes posible y aplicar este enfoque tan meticuloso en realidad ahorra tiempo a futuro. El cambio en estas operaciones masivas es inevitable, y cuando ocurre, debemos estar preparados para responder de forma rápida y eficiente. Pensar de principio a fin es crucial para reconocer el valor de este tipo de inversión inicial en la etapa de planificación para ahorrar dinero en la etapa operativa. Todos los equipos de proyecto que participan en las distintas etapas del proceso deben unirse y empezar a pensar como un solo equipo.

En un proyecto reciente, a menudo nos encontrábamos con escenarios en los cuales en vez de ejecutar A necesitábamos ejecutar B o C en un día en particular. Como contábamos con una planificación y capacitación detallada, siempre sabíamos exactamente en qué cosas influiría, qué cambiaría en los pasos posteriores y cómo modificaría el alcance del trabajo general. Hemos trabajado diariamente con miles de acciones importantes con todos los participantes, desde ejecutivos del proyecto hasta obreros de la construcción, y cada elemento requiere del aporte proactivo de varias personas para que pueda pasarse al siguiente.

Cuando estamos trabajando en proyectos masivos que implican millones de dólares en equipamiento y resultados económicos, no debemos olvidar que solo servirán si las personas que los ejecutan saben cómo hacerlo, y que los detalles más pequeños pueden impedirles desempeñarse en forma sustentable. Estos son los factores que en última instancia marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Imagine la planta del futuro: con una OCR adecuada, es un objetivo alcanzable.

Imagínese una planta que opera en forma tan perfecta que casi nunca hay tiempos de inactividad. Imagine una fuerza de trabajo tan capacitada que pueda resolver problemas en forma proactiva y enorgullecerse de su éxito. Imagine procesos calibrados con tanta precisión que logren superar sus objetivos de producción y especificaciones de calidad en forma constante. Imagine ser un modelo de éxito en su industria por tener la planta del futuro. Esto es lo que una buena OCR puede lograr.

La OCR puede brindarle un retorno exponencial que le permitirá no solo cumplir con sus objetivos máximos de ganancias, sino también superarlos.

Es alentador saber que se pueden obtener ganancias tan significativas solo con dedicar más tiempo y esfuerzo en la forma en la que comienza a funcionar una operación.