Cómo convertir el gas natural de bajo costo en un recurso económico valioso

By Sanjiv Save, PhD | 9 de septiembre de 2020

A medida que el mundo avanza hacia la descarbonización y se acerca a un estado de equilibrio con un uso de combustible mínimo o nulo, necesitamos realizar una transición fundamental. Durante esta transición, es imprescindible que los combustibles que usamos sean tan limpios como sea posible para minimizar los efectos negativos del cambio climático.

En consecuencia, se proyecta que la producción de gas natural global aumentará drásticamente durante los próximos veinte años. En el mercado actual, el precio de esta materia prima energética está muy por debajo de los $2 por MMBTU, solo 20 por ciento de lo que vale en función de su equivalencia energética si lo comparamos con el petróleo. Esta valuación presenta una gran oportunidad de aprovechar un producto de alta energía con un costo bajo de suministro.

¿Pero cómo obtenemos valor de esta valiosa fuente de energía cuando la falta de acceso a un mercado internacional y la clásica "maldición de los países con muchos recursos" parecen indicar que los precios se mantendrán bajos en el futuro próximo, con pocas previsiones de aumentos?

La tecnología será la herramienta que nos permitirá impulsar el cambio que se requiere para superar los obstáculos actuales en la fabricación de productos de alto valor a partir de gas natural. Evalúe el siguiente ejemplo: imagine si pudiéramos convertir el valor del gas natural al valor equivalente de un combustible líquido o una sustancia química, o si pudiéramos producir combustibles líquidos a partir del gas natural con mejores propiedades que superen las normas de contenido de sulfuro, aromáticos, partículas y óxidos de nitrógeno. Estos productos podrían venderse a un precio premium en el mercado, y si se los usara como provisión combinada en las refinerías existentes, estas podrían cumplir con los nuevos estándares de combustibles sin sacrificar el rendimiento ni requerir un costo de capital adicional. También podríamos mejorar la industria de arenas petrolíferas mediante el aprovechamiento de nuestros activos de gas natural, explotando la sinergia entre la producción de vapor, la calidad del combustible combinado y la infraestructura compartida, y habilitando más tecnologías de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS).

La industria del gas y del petróleo tiende a moverse en una dirección que ya esté comprobada; por lo tanto, la primera transición -y uno de los caminos más prometedores para agregar valor a este recurso natural-, es convertir químicamente el gas natural en productos líquidos más limpios mediante la tecnología Fischer-Tropsch (FT), o producir combustible a partir del gas natural (como el GNL) al convertirlo en metanol.

Con la tecnología FT el gas natural se convierte en un gas sintético compuesto de hidrógeno y monóxido de carbono, que luego se transfiere a un reactor FT en el que se convierte en un producto de hidrocarburo líquido sintético. El producto de hidrocarburo líquido luego se convierte en diésel premium y nafta mediante un hidroprocesamiento suave. El diésel no contiene sulfuro, aromáticos o nitrógeno y puede venderse en el mercado de combustibles, mientras que la nafta puede venderse a los operadores de arenas petrolíferas como disolvente. El diésel sintetizado de esta forma supera los estándares de límite de sulfuros para combustibles de embarcaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI 2020); por lo tanto, podría ser incluso más valioso como parte de la combinación de productos de las refinerías, que podrían producir un combustible de alta calidad y alto valor que cumple con los estándares OMI 2020.

De forma similar, puede producirse metanol a partir del hidrógeno y el monóxido de carbono, el cual luego puede convertirse en gasolina mediante el proceso de metanol a gasolina (MTG, por sus siglas en inglés). La gasolina que se produce de esta forma no contiene sulfuro.

A medida que la tecnología evoluciona, se siguen descubriendo nuevos procesos y se mejoran los procesos existentes. Un dato destacable es que los expertos están trabajando para convertir el gas natural en gas sintético mediante energía renovable, para luego procesarla mediante FT. El producto final es un combustible líquido ecológico.

Estos caminos tienen algo en común: demuestran cómo podemos agregar valor a un recurso natural abundante y de costo competitivo, al tiempo que favorecemos la producción de combustibles líquidos y sustancias químicas más ecológicos. Este es el momento de comenzar a reconsiderar cómo utilizamos esta valiosa fuente de energía e impulsar la industria del petróleo y el gas hacia estándares más altos y limpios en el proceso.