El transporte público y la recuperación tras la COVID

By Patrick Ransom | 31 de agosto de 2020

Los operadores de transporte público juegan un papel crítico para limitar la propagación de la COVID, a la vez que permiten que la gente y la economía se pongan en movimiento nuevamente. Desafortunadamente, ahora que el mundo navega en aguas desconocidas, ellos han sufrido un duro golpe. Se anticipa que el transporte en Londres tendrá una caída de £1,6 mil millones entre abril y octubre debido a la reducción de usuarios, y el sistema de Tránsito Rápido del Área de la Bahía de San Francisco prevé pérdidas de más de $975 millones en sus ingresos.

Como ocurre en muchos otros sectores, hay muchos interrogantes sobre el futuro del transporte público. Algunos creen que la cantidad de usuarios disminuirá en el corto, mediano y largo plazo, mientras que otros son más optimistas. Muchos tienen la esperanza de que disminuirá el uso de automóviles y que el efecto (positivo) sobre la contaminación del aire ayude a cambiar las ideas y las políticas futuras.

Cualquiera sea el caso, los operadores de transporte público y las organizaciones del sector público tienen un rol clave en la lucha contra la pandemia, y es posible que esta situación se prolongue. Los más progresistas e innovadores irán más allá de la adaptación de sus operaciones y el equilibrio contable: aprovecharán esta oportunidad para impulsar un futuro mejor. Hay muchas formas prácticas de lograr esto si se cuenta con los fondos necesarios o si es posible conseguirlos como parte de los paquetes de financiación para la recuperación de la COVID.

A continuación compartimos cuatro ideas que demuestran el potencial de los operadores de transporte público como agentes de cambio y, lo que es más importante, lo crucial que es la inversión del sector público en transporte como parte de la recuperación tras la COVID.

(Re)conectar comunidades

Hay muchos datos que muestran que el efecto de la COVID afecta de forma desproporcionada a los grupos más desfavorecidos. La evidencia ofrecida por la Resolution Foundation señala que podría darse una reducción de hasta £2500 en el ingreso promedio anual de los hogares del RU y el desempleo podría crecer en un 30 %; se espera que las reducciones de personal afecten mucho más a los más vulnerables. Otros datos del Instituto de Estudios Fiscales respaldan esta conclusión, al mostrar que en el Reino Unido cerca de un tercio de los empleados del decil de menores ingresos trabaja en industrias que han debido cerrar a causa de las medidas de restricción, en comparación con solo el 5 % en los tres deciles superiores.

Es importante destacar esto porque los grupos más desfavorecidos son quienes más usan el transporte público, debido a los costos del transporte privado y al hecho de que muchos viven en áreas más remotas. Su dependencia al transporte público podría aumentar debido a que son sus ingresos los que más se reducirán.

Para responder a esta situación, las agencias de transporte público pueden dirigir sus servicios a las comunidades aisladas y garantizar que dispongan de servicios eficientes, confiables, regulares y asequibles. Los datos sobre la cantidad de usuarios, los perfiles y las carencias pueden respaldar la toma de decisiones en este tema. Los viajes no esenciales y los incentivos también podrían resultar útiles para estas comunidades. Este tipo de intervención podría favorecer la recuperación económica, ya que conectaría a los grupos desfavorecidos con los centros de empleo en los que podrán encontrar la mayoría de los puestos de trabajo y oportunidades de capacitación. También podrían analizarse y revisarse las rutas de manera más frecuente para garantizar que las personas tengan acceso a oportunidades económicas emergentes.

Una intervención así también ayudará a que las personas vuelvan a la ciudad y a las zonas céntricas, y les dará acceso a servicios y actividades de ocio. De esta forma, se favorecerá la recuperación económica, dado que las industrias con atención al público están entre las más afectadas.

Mantenimiento del empleo y creación de nuevas oportunidades

El tránsito público no solo conecta a las personas con las oportunidades de empleo, sino que también es un empleador significativo en sí mismo (Transport for London, por ejemplo, emplea a 27 000 personas). Los operadores pueden apuntalar la recuperación al trabajar en forma efectiva para mantener los puestos de trabajo y seguir brindando empleo de buena calidad. Para lograrlo, será necesaria una planificación cuidadosa de la recuperación comercial, que probablemente implique pensar en oportunidades para generar más ingresos por fuera de las tarifas y negociar con el sector público y los financistas para conseguir el respaldo económico necesario durante estas épocas de incertidumbre.

También está claro que es conveniente seguir invirtiendo en nuevos proyectos de transporte público en el mediano y largo plazo, a medida que comience la recuperación. La evidencia muestra que invertir en el transporte público puede generar retornos económicos mayores que invertir en otros tipos de infraestructura:

Un estudio sobre los efectos de los estímulos económicos en Estados Unidos tras la Gran Recesión descubrió que la inversión en transporte público generó 31 % más empleos por dólar que la construcción de caminos o puentes nuevos.

En Corea del Sur, la inversión en transporte público, bicicletas y trenes tras la Gran Recesión creó alrededor de 138 000 empleos y el 15 % de estos puestos se creó gracias al programa de recuperación.

En Sudáfrica, el Gautrain, que abrió poco después de la Gran Recesión, creó una cantidad significativa de puestos de trabajo para Gauteng y un retorno de la inversión favorable de R 2,6 por cada R 1 invertido.

En última instancia, toda inversión que hagan los operadores o el sector público contribuirá a estimular y respaldar la recuperación.

Cómo construir valor para la comunidad

Los operadores de transporte público también pueden ayudar a construir valor para la comunidad y catalizar el desarrollo económico local a largo plazo. En su carácter de instituciones clave, pueden trabajar con sus socios (tales como los concejos locales, las fuerzas policiales, las universidades, facultades y hospitales) para que la riqueza vuelva a las comunidades.

Hay muchas alternativas para explorar en este sector. Por ejemplo, las agencias de tránsito podrían reestructurar rápidamente sus políticas de adquisición para maximizar el gasto en empresas locales. Los operadores del Gautrain en Sudáfrica ya lo hicieron, al crear un Marco para la Transformación y el Desarrollo de Proveedores. Se establecen reglas estrictas de competencia para las adquisiciones: los licitantes de contratos de más de R 30 millones deben subcontratar el 30 % del valor del contrato a pequeñas empresas locales. Si tienen éxito, deben crear y presentar un Plan de Desarrollo de Proveedores para respaldar el desarrollo y la capacitación de las pequeñas empresas con las que se asocien.

Otras políticas se relacionan con un uso optimizado de los activos, políticas de empleo local y la inversión en organizaciones de la comunidad. Muchas ciudades, pueblos e instituciones importantes están explorando e implementando estas ideas, y algunos de los lugares más destacados donde esto está ocurriendo son Preston, Plymouth y Ámsterdam.

Impulsar una transición ecológica

Si bien la pandemia ha perjudicado casi todos los aspectos de nuestra realidad, el lado positivo es quizás el efecto beneficioso que ha tenido sobre el medioambiente. El aislamiento debido a la COVID ha reducido significativamente la cantidad de aviones en el cielo y automóviles en las carreteras.

Esto ha demostrado tener efectos positivos a corto plazo sobre el medioambiente. Hubo informes de cielos limpios en Delhi y aguas transparentes en Venecia. La evidencia cuantitativa de la Universidad de Manchester muestra que hubo una reducción de entre 50 % y 80 % en el tráfico de Manchester durante los primeros meses de la pandemia, lo cual tuvo un efecto estadísticamente significativo (positivo) en la contaminación del aire.

El mundo está disfrutando de un aire más limpio y las personas están viendo los beneficios de usar menos los automóviles, en particular en áreas urbanas. Hay nuevas oportunidades para hacer actividad física y cada vez más gente se da cuenta de que el aire limpio es importante para su salud física y mental.

Esto representa una oportunidad para que las organizaciones del sector público presenten políticas nuevas para generar pueblos y ciudades más ecológicos y con menos automóviles (desde Zonas de Baja Emisión hasta restringir la circulación de autos en zonas céntricas). Se podría decir que el respaldo para la inversión en proyectos limpios y ecológicos es más fuerte que antes. Algunos lugares están a la vanguardia: en Toronto, por ejemplo, se ha implementado ActiveTO en respuesta a la COVID, que es una iniciativa por la cual se cierran algunas carreteras y partes importantes de la ciudad durante los fines de semana, para alentar a las personas a caminar o andar en bicicleta.

Los operadores de transporte público pueden tomar un paso adelante al impulsar el cambio positivo a través de la presión para que otras partes interesadas presenten iniciativas ecológicas, y mediante la acción directa. Pueden darles prioridad a las cuestiones ambientales en sus planes de negocios y justificar la inversión en esta área. A pequeña escala, los operadores pueden enfocarse en acciones como mejorar la eficiencia energética de sus vehículos y garantizar que los conductores tengan en cuenta la eficiencia de combustible. A una escala mayor, pueden reemplazar o adaptar los vehículos existentes para que sean más sustentables, o invertir de forma activa en infraestructura nueva que haga que el transporte público sea más eficiente y conveniente.

La situación actual tendrá un gran impacto en la visión que las ciudades de todo el mundo tienen sobre el transporte público. Mientras que podría ser fácil pensar sólo en las complicaciones causadas por la pandemia, es importante proyectar un futuro moderno y positivo que sea más ecológico, más conectado y más próspero económicamente.