Brindamos energía para el futuro.

By Robert Francki | 28 de julio de 2020

De acuerdo con la Administración de Información Energética de EE. UU., se proyecta que entre 2018 y 2050 el consumo de energía del mundo aumentará en cerca del cincuenta por ciento. Este dato da cuenta de una realidad: la cadena de valor de la energía ha comenzado a cambiar. Dicho esto, para lograr la transformación profunda que se necesita no solo tendremos que aumentar en forma significativa la producción de energía, sino que toda la industria energética deberá dar un paso al frente colectivo para satisfacer las necesidades de la sociedad de la forma en que la sociedad lo espera y lo reclama.

No es ningún secreto que la mayoría de los emprendimientos y las actividades humanas deben descarbonizarse y, por lo tanto, electrificarse. La generación de electricidad del mundo debe aumentar para satisfacer la demanda, y se debe buscar un reemplazo para la generación eléctrica son combustibles fósiles y el uso de estos en la industria.

Más allá de la generación en sí misma, necesitaremos llevar todos estos electrones desde regiones con abundantes fuentes de energía renovable a regiones de alta demanda, y también aplicar nuevas tecnologías para hacer los sistemas energéticos resilientes a los nuevos imperativos climáticos, y usar la digitalización para mejorar la eficiencia y evitar los desperdicios. La forma en la que la energía se ha generado, distribuido y utilizado durante el último siglo se enfrenta a la necesidad de un cambio continuo y radical durante, al menos, los próximos cien años.

En el campo de la generación de la energía, estamos identificando oportunidades para desarrollar la electricidad más allá de los límites tradicionales, integrando cada vez más niveles de energía confiable en la red, a la vez que disminuimos las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto nos permite ofrecer fuentes de carga base de energía con bajas emisiones e incorporar la energía renovable al implementar sistemas híbridos para reducir la generación de energía a base de carbón y diésel. Los sistemas de energía integrarán muchas más fuentes y se volverán intrínsecamente más complejos, pero este es un desafío para el que estamos preparados.

Aunque nuestro objetivo sea crear un mundo con menos emisiones de carbono y que utilice más energías renovables, seguiremos necesitando los combustibles fósiles residuales. A medida que las operaciones hacen la transición, estos combustibles se producirán, refinarán y mejorarán mediante energía renovable, a fin de lograr un diagrama de flujo lo más eficiente posible. En paralelo, por una cuestión de necesidad, este suministro minimizado de combustibles de hidrocarburos se usará principalmente para productos y combustibles con valor agregado, y para actividades que no puedan electrificarse; además, se producirá mediante diagramas de flujo muy integrados y complejos. Por último, en la economía de gas en transición, los combustibles específicos como el GNL a menudo se utilizarán para la carga base en lugar de otros hidrocarburos menos atractivos.

La transición energética nos brinda la oportunidad de desarrollar colectivamente prácticas comerciales más sostenibles, al aplicar tecnologías y enfoques radicales para redefinir nuestros roles en la cadena de suministro integral. En Hatch somos optimistas sobre el futuro: las emisiones relacionadas con el petróleo y el gas sí pueden reducirse; las energías verdes, como el hidrógeno, avanzan a paso firme y todavía hay mucho potencial en la energía hidráulica. La energía nuclear segura (en particular la aplicación de la tecnología de reactores modulares pequeños) es la clave para una combinación energética sostenible y práctica. La capacidad de electrificar por etapas ya está casi a nuestro alcance y las comunidades remotas pueden acceder a la energía producida en sistemas híbridos. Si creemos en nuestro objetivo, podremos controlar el cambio climático.

Nuestro compromiso se mantiene: ayudar a nuestros clientes a responder a sus desafíos energéticos más difíciles con soluciones innovadoras que generen un cambio en la forma en la que le brindamos energía al mundo, no solo para hoy sino también a futuro.

¿Qué papel fundamental tendrá en la transición energética?