Los fosfatos alimentan al mundo

By Doug Belle | 18 de enero de 2018

Los demógrafos predicen que la población mundial alcanzará los 9,7 mil millones para 2050. La clase media está creciendo y demanda más productos lácteos y carne en su dieta, por lo que pronto necesitaremos muchos más alimentos (hasta un 70 por ciento más) que los que tenemos ahora. Eso implica un aumento enorme en las cantidades de maíz, trigo y otros cereales para alimentar a los animales que generan estos productos, así como mayores cantidades de estas cosechas que los humanos consumirán directamente.

Los agricultores a nivel mundial ya han aumentado la producción de cereales y semillas oleaginosas en un 25 por ciento desde 2012. Expandir la superficie cultivada contribuirá apenas con un cuatro por ciento de lo que se requiere. Simplemente no hay suficientes tierras cultivables para alimentar al mundo en aumento, y los fertilizantes naturales y orgánicos no contienen el nitrógeno, el potasio y el fósforo suficientes para mejorar la producción al grado que necesitamos. Afortunadamente, contamos con fertilizantes (eficientes y potentes enriquecedores del suelo), y trabajamos intensamente para mejorarlos.

Los fosfatos (P2O5) son una forma natural del fósforo (P) que las plantas necesitan para la fotosíntesis. Los fertilizantes a base de fosfato se originan de roca fosfórica, que se presenta de forma natural y se encuentra en depósitos sedimentarios de peces prehistóricos y en huesos de tiburón. En África y en Brasil también existen depósitos ígneos que son el resultado de actividad volcánica. El noventa por ciento del suministro mundial de fosfato proviene de sólo cinco países: Marruecos (Sahara Occidental), Arabia Saudita, China, Jordania y los Estados Unidos.

Junto con el nitrógeno (N) y el potasio (K), el fósforo es un componente esencial de los fertilizantes que las cosechas de alto rendimiento como el maíz, la colza, el trigo y el arroz necesitan para su cultivo y para producir los nutrientes de los que dependemos. En un estudio de 427 terrenos agrícolas realizado por el Ministerio de Agricultura y Silvicultura de la provincia canadiense de Alberta, un 81 por ciento de los terrenos de trigo, un 90 por ciento de los terrenos de cebada y un 72 por ciento de los terrenos de colza reaccionaron a la adición de fertilizante a base de fosfato.

Como toda industria y sector, la agricultura también se beneficia de las nuevas tecnologías digitales que permiten optimizar tanto la cantidad de fertilizante que se usa como la manera de aplicarlo. Los agricultores ahora tienen equipos de alta tecnología que usan sistemas basados en GPS. Los cultivos se fertilizan con tanta precisión que las sembradoras por aire pueden plantar un gránulo de fertilizante en un hueco con una sola semilla.

Para que la roca fosfórica sirva como fertilizante, primero se la extrae y se la procesa para eliminar la arcilla y la arena. Luego se aplica ácido sulfúrico para provocar una reacción química que produce ácido fosfórico y yeso. A continuación, el ácido fosfórico se clarifica, concentra y transfiere a una planta de granulación. Allí se lo hace reaccionar con amoníaco para producir fosfato monoamónico (MAP) o fosfato diamónico (DAP). Estos productos contienen la forma hidrosoluble del ácido fosfórico (fósforo) que las plantas pueden absorber. La bolsa de fertilizante que usted compra para el césped probablemente tenga una fórmula como 8-8-8, que contiene un 8 por ciento de N, un 8 por ciento de P2O5 y un 8 por ciento de K. Estas combinaciones se producen al mezclar MAP o DAP con potasa, urea u otros compuestos de nitrógeno en las cantidades necesarias para producir la combinación deseada de N-P-K.

Los fosfatos no son un recurso renovable, pero aun con el aumento de la demanda, no hay peligro de que su suministro se agote pronto. La producción está en alza, y se espera que los mayores aumentos de los próximos cuatro años se den en Arabia Saudita y Marruecos. Arabia Saudita tiene cientos de años de reservas en el desierto que se están desarrollando ahora. El país construyó un ferrocarril de 800 millas (casi 1.300km) de extensión para trasladar el fosfato que extrae hasta las nuevas plantas de procesamiento químico en el Golfo Pérsico, donde se puede producir el fertilizante y enviarlo a clientes en todo el mundo. Marruecos también tiene varios años de suministro de fosfato que espera ser explotado. Además, cuando se agoten los recursos de menor costo se desarrollarán reservas y depósitos submarinos en lugares remotos de todo el mundo.

Gracias a los expertos en minería de todo tipo que hay alrededor del mundo, nuestra práctica muy activa del fosfato ha desarrollado un centro de excelencia en Florida. Desde esta base, brindamos servicios a los tres productores principales de fosfato en los Estados Unidos. Nos enorgullece haber desarrollado el proyecto de fertilizantes más grande de los últimos veinte años para Mosaic, que permitió convertir su planta de granulación de DAP3 de New Wales para que produzca 200tph de sus productos patentados MicroEssentials®.

Seguimos trabajando para encontrar maneras más eficientes y más rentables para mejorar la producción de fosfato. Cada año, nacen 67 millones de personas que dependen de ello.