Cómo los pequeños beneficios se convierten en grandes ganancias para los propietarios de aerogeneradores

By Martin Hamel |

La electricidad producida por los aerogeneradores es «verde» por varios motivos. Como industria, esta tecnología ecológica está en etapa de maduración. La demanda está alcanzando la cima, y tras literalmente décadas de desarrollo y perfeccionamiento de la estrategia comercial, los emprendimientos de parques eólicos finalmente están empezando a producir algo de «verde» en sus cuentas bancarias también.

En Norteamérica, la cantidad de instalaciones de aprovechamiento eólico se ha disparado en la última década, superado solamente por China en las nuevas construcciones y en los megavatios generados. La industria se ha intensificado para aumentar los ingresos de los propietarios, con innovaciones para lograr turbinas de mayor potencia y más eficaces. También hay cierta presión para reducir los costos de operación y mantenimiento para disminuir los gastos generales de producción.

Una vez que se han diseñado y construido las turbinas, los propietarios del proyecto suelen centrarse en hacerlas funcionar al menor costo y con el menor riesgo de incurrir en gastos inesperados. El resultado es una flota de turbinas “en línea”, pero en las que las operaciones están orientadas a satisfacer las garantías de disponibilidad y a limitar los costos de mantenimiento de los proveedores de servicios, no a maximizar la capacidad de producción de energía para los propietarios.

Cuando se profundiza y se hacen las preguntas adecuadas, surgen algunos hallazgos interesantes. Pequeños ajustes en los aerogeneradores pueden generar grandes ganancias, tanto en la producción como en el balance final. En una operación diseñada para durar y generar energía por 20 o 30 años, cualquier mejora, aun una fracción de un punto porcentual, puede ser significativa. Una pequeña inversión en optimizar el desempeño y las operaciones puede significar mucho dinero en los bolsillos de los propietarios, y menos cheques grandes para el operador.

Obtener la información adecuada que se debe valuar es simple. No es necesario invertir en sensores. Los aerogeneradores están equipados con monitores que generan grandes cantidades de datos valiosos con un magnífico nivel de detalle. Los propietarios pueden obtener estadísticas fundamentales sobre el ángulo de paso y el control de velocidad, la estrategia de orientación del rotor, las políticas de arranque y detención y la dinámica de la base de la torre.

Al centrarse más en el panorama general, los operadores consideran el desempeño de la disposición completa. Pueden pasar por alto fácilmente las pequeñas variaciones y el desempeño por debajo de lo óptimo de las unidades individuales. Al examinar los intervalos cortos de funcionamiento que la mayoría de los operadores no consideraría —quizás de un minuto o menos— se hacen evidentes diferentes patrones y niveles de desempeño entre las unidades.

Estas pequeñas ventanas de medición permiten que los ingenieros eólicos vean toda clase de oportunidades. Pero este monitoreo y evaluación debería realizarse por un consultor independiente, alguien ajeno a los objetivos opuestos de los propietarios y los fabricantes y de los operadores.

A medida que las turbinas alcanzan el final de sus períodos de garantía, los ingenieros desempeñan un papel importante. Deben abogar por sus clientes propietarios, promocionando el papel del análisis del desempeño y el valor de monitorear constantemente la productividad de sus sistemas. Al identificar soluciones, a veces tan solo modificaciones menores que protegen y hasta mejoran el desempeño de las turbinas, los ingenieros pueden detectar retornos sobre la inversión importantes y cuantificables para sus clientes.

Los desarrolladores propietarios que invierten en estas evaluaciones nos cuentan que el esfuerzo vale la pena. Sus parques eólicos tienen un mejor desempeño, pues generan más energía y mejores retornos financieros. Y, a medida que más de ellos toman la decisión y reinvierten en el desempeño de la instalación que ya tienen, contribuyen al banco de conocimientos de toda la industria de aerogeneradores. Este es un aporte positivo que beneficia a todos por igual, ya sean propietarios, operadores o fabricantes de turbinas.