Las ciudades inteligentes necesitan una visión a largo plazo
Escrito por Bob Pell
Es posible que signifique tratar de decidir lo que desea ser, pero vivir con lo que tiene hoy. Y, como todos sabemos, “hoy” es algo muy diferente, por ejemplo, en Pequín y en Nueva York. El desafío es, a partir de donde se encuentre hoy, cómo empezar a crear ese enfoque en lo que desea lograr y convertirlo en un conjunto de planes y aspiraciones para lo que puede hacer mejor. Lo que puede hacer ahora.
Tiene que haber planificación. En la provincia de Gauteng, en Sudáfrica, por ejemplo, se está preparando un plan maestro de infraestructura integrada. Fue necesario adoptar una visión de veinte años, evaluar las necesidades de las poblaciones actuales y futuras, y analizar los cambios que se planean para la estructura económica de la región. Se requieren grandes inversiones. Se deben establecer las prioridades, que luego deben ser aprobadas por las principales partes interesadas. A fin de cuentas, el plan tiene el potencial de optimizar el movimiento de la población, permitir el crecimiento económico y mejorar la sustentabilidad de los recursos disponibles.
Nunca crea que los pequeños pasos no son importantes. Pueden tener un gran impacto. Muchos problemas se pueden abordar con algunas estrategias de optimización relativamente simples. Algunas comunidades perdieron la confianza en su infraestructura debido a una inversión insuficiente, un desempeño deficiente, resultados escasos y falta de información. Estas son deficiencias fundamentales. Por lo tanto, si podemos hacer avances en esas cosas con una planificación cuidadosa y con la entrega de una infraestructura buena y eficiente a un costo de capital más bajo, o al menos razonable, entonces las comunidades probablemente empezarán a recuperar la confianza para hacer más.
Siempre hay oportunidades para lograr el tipo adecuado de nuevo desarrollo. Debemos encontrar más de ellos, y adoptar una visión a más largo plazo. Una vez más en Sudáfrica, un equipo está desarrollando un plan maestro para la Aerotrópolis de Durban. Esta área se asigna a una importante ampliación de la ciudad al norte. La sincronización es clave. Actualmente, hay oportunidades especiales para desarrollar las relaciones con el aeropuerto internacional que probablemente no se repetirán.
Muchas de nuestras ciudades están listas y dispuestas a ser remodeladas. En Calgary, Canadá, se está revisando la división en zonas y el desarrollo de la tierra alrededor de los principales ejes de tránsito en el sistema de tren ligero Línea Verde. Aquí y en todo el mundo, el desarrollo orientado al tránsito permite a las áreas metropolitanas utilizar su infraestructura de manera más eficaz, aumentando la densidad y reduciendo el costo per cápita de ofrecer servicio a las nuevas poblaciones. Con previsión y los planes correctos, veremos cómo emergen nuevas formas de ciudad (y paisajes urbanos) preparados para el futuro.
Finalmente, debemos hacer más para “tecnologizar”. Las comunicaciones, los sistemas de control y los “datos masivos” ofrecen un gran potencial para la movilidad global, conectando a las personas y la información. La tecnología será el facilitador. Los datos masivos recopilan información de su propia ciudad y nos permiten compararla con otras partes del mundo que pueden tener las cualidades que busca. La evaluación comparativa presenta las mejores prácticas, y eso nos da una variedad de opciones.
“Inteligente” significa integrar esas opciones con diseños que podemos conceptualizar, poner en funcionamiento y entregar de manera correcta. Por lo tanto, la ciudad inteligente es la que logra sus objetivos con un uso correcto y fluido de la tecnología. No necesariamente debe ser la tecnología más avanzada. Pero debe ser bien utilizada y rentable.
Tiene que haber planificación. En la provincia de Gauteng, en Sudáfrica, por ejemplo, se está preparando un plan maestro de infraestructura integrada. Fue necesario adoptar una visión de veinte años, evaluar las necesidades de las poblaciones actuales y futuras, y analizar los cambios que se planean para la estructura económica de la región. Se requieren grandes inversiones. Se deben establecer las prioridades, que luego deben ser aprobadas por las principales partes interesadas. A fin de cuentas, el plan tiene el potencial de optimizar el movimiento de la población, permitir el crecimiento económico y mejorar la sustentabilidad de los recursos disponibles.
Nunca crea que los pequeños pasos no son importantes. Pueden tener un gran impacto. Muchos problemas se pueden abordar con algunas estrategias de optimización relativamente simples. Algunas comunidades perdieron la confianza en su infraestructura debido a una inversión insuficiente, un desempeño deficiente, resultados escasos y falta de información. Estas son deficiencias fundamentales. Por lo tanto, si podemos hacer avances en esas cosas con una planificación cuidadosa y con la entrega de una infraestructura buena y eficiente a un costo de capital más bajo, o al menos razonable, entonces las comunidades probablemente empezarán a recuperar la confianza para hacer más.
Siempre hay oportunidades para lograr el tipo adecuado de nuevo desarrollo. Debemos encontrar más de ellos, y adoptar una visión a más largo plazo. Una vez más en Sudáfrica, un equipo está desarrollando un plan maestro para la Aerotrópolis de Durban. Esta área se asigna a una importante ampliación de la ciudad al norte. La sincronización es clave. Actualmente, hay oportunidades especiales para desarrollar las relaciones con el aeropuerto internacional que probablemente no se repetirán.
Muchas de nuestras ciudades están listas y dispuestas a ser remodeladas. En Calgary, Canadá, se está revisando la división en zonas y el desarrollo de la tierra alrededor de los principales ejes de tránsito en el sistema de tren ligero Línea Verde. Aquí y en todo el mundo, el desarrollo orientado al tránsito permite a las áreas metropolitanas utilizar su infraestructura de manera más eficaz, aumentando la densidad y reduciendo el costo per cápita de ofrecer servicio a las nuevas poblaciones. Con previsión y los planes correctos, veremos cómo emergen nuevas formas de ciudad (y paisajes urbanos) preparados para el futuro.
Finalmente, debemos hacer más para “tecnologizar”. Las comunicaciones, los sistemas de control y los “datos masivos” ofrecen un gran potencial para la movilidad global, conectando a las personas y la información. La tecnología será el facilitador. Los datos masivos recopilan información de su propia ciudad y nos permiten compararla con otras partes del mundo que pueden tener las cualidades que busca. La evaluación comparativa presenta las mejores prácticas, y eso nos da una variedad de opciones.
“Inteligente” significa integrar esas opciones con diseños que podemos conceptualizar, poner en funcionamiento y entregar de manera correcta. Por lo tanto, la ciudad inteligente es la que logra sus objetivos con un uso correcto y fluido de la tecnología. No necesariamente debe ser la tecnología más avanzada. Pero debe ser bien utilizada y rentable.
Acerca del autor
Bob Pell
Director Ejecutivo, Soluciones para el desarrollo urbano
Bob tiene más de treinta años de experiencia en servicios profesionales y de diseño, gestionando y manteniendo negocios en Estados Unidos, Reino Unido, Europa, Oriente Medio, Asia, África y Nueva Zelanda.